
Qué tal que sí es cierto
I
Dicen que no fue por eso, pero yo mismo vi cómo se comió una rebanadota de sandía, eso es remalo, eso te puede matar, ya lo vimos, pero dicen que no, que no fue eso lo que mató al Epifanio. Yo lo vi que andaba crudo y le dije: Muchacho, no andes comiendo sandía, te vas a matar. Pero no me hizo caso.
¿Usted tampoco me cree, verdad? pues haga la prueba, un día que amanezca crudo, cómase una rebanada de sandía y después, si puede, me platica cómo le fue.
II
Cuando despertó… vio que huía a toda velocidad en los brazos de un nagual, ya había sido sentenciada y ahora este ser cumplía su promesa, pronto conocería el rostro humano que la había secuestrado.
III
El tabique había quedado a un lado, pronto comenzaría a absorber la sangre que se había escurrido en el piso. El joven desconocido pasó por debajo de la escalera, sabrá Dios si eso le dio mala suerte o si era su destino morir de un tabicazo, lo que sí se pudo ver fue cuando se tropezó, se enredó con el lazo y se echó la cubeta de los tabiques encima, mala suerte que el único que le pegó le hubiera pegado de muerte.
IV
Aquella noche el tecolote cantó, pero por primera vez el que murió fue el hacendado explotador, con ayuda pero se murió, desde entonces el tecolote se reivindicó y se convirtió en un símbolo de la justicia. Si no me creen, pregúntenle a los abogados.