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PEDAZOS DE VIDA

 

 

El aliento previo a soltar el llanto marcó la diferencia. Fue el viento cálido que invocó la tormenta de hambre y desesperación. Esta ocasión no fue el demonio del frío que en la montaña aprovechó para quemar los cachetes a la pequeña criatura que día a día lucha por crecer como hierba en los prados, en los inmensos prados que la madre recorre a diario para buscar entre ellos la posibilidad de alimento.

 

Con las lágrimas y el sentimiento derramado en gritos, también despierta la preocupación en la madre que lo carga con el viejo rebozo que fue de la madre de su madre. Rebozo que con la muerte de la abuela y de la madre se convirtió en la única herencia con la que podría seguir el camino de mujer de campo la que con ayuda de su hombre tiene una familia, que replicará la historia de pobreza una vez más.

 

Pero hace tres semanas que se había quedado sin su Nepomuceno, sin el hombre que la había tomado por la fuerza para convertirla en su mujer, luego en esposa. Había muerto bañado en sangre después de sentir como el machete de Nicolás cortaba como bisteces su carne. Murió después de ver su cuerpo convertido en tiras de carne, murió de la forma más estúpida y egoísta con la que mueren los valientes, con una esposa esperándolo con quelites en casa y con una criatura que en algunos meses le llamaría papá.

 

Con las lágrimas del bebé, el sentimiento derramado en gritos también despierta la preocupación de la madre. Nuevamente los tentáculos de la pobreza intentan asfixiar el amor de la madre a su pequeño hijo, el llanto es símbolo de que vive pero también de que tiene que alimentarlo. La demacrada mujer, echada como perro de la casa del difunto, camina sin rumbo, extiende la mano en los pueblos y sigue su caminar. Sin pensarlo saca el pecho, que seco como el desierto mismo que pide agua del cielo, se ha quedado sin leche.

 

Sin pensarlo, hace lo que puede hacer, y aunque sabe que no hay leche, quizá el cansancio que le ha provocado el llanto y con el simple acto de morder el pezón, el niño se quede dormido, al menos un rato más…