¨Partidos británicos unidos para atajar el escándalo

Abusos sexuales, también el “flema británica”

    •    May y los otros responsables de partidos acuerdan un sistema para tramitar denuncias de trabajadores del Parlamento mientras diputados del Gobierno y oposición son investigados


“Necesitamos establecer una nueva cultura del respeto en el centro de nuestra vida pública. Una en la que todos puedan confiar en que trabajan en un entorno seguro, donde las quejas puedan plantearse sin prejuicios y las víctimas sepan que estas serán investigas adecuadamente”, dijo la primera ministra, antes de reunirse a última hora de la tarde del lunes con los líderes de los demás partidos para diseñar una respuesta conjunta al problema.
La política británica se ha embarcado en una limpieza a fondo de la cultura sexual abusiva que ha ensuciado sus pasillos durante años. Una docena de diputados están siendo investigados tras un aluvión de acusaciones de acoso que ha costado ya el puesto a un ministro y ha asestado un nuevo golpe al Gobierno de May. La primera ministra se ha reunido este lunes por la tarde con los demás líderes de partidos para diseñar mecanismos de denuncia más eficaces y ha exigido “una nueva cultura del respeto”.
Un mundo dominado por hombres poderosos. Un fluir constante de jóvenes idealistas que sueñan con llegar alto. Largas jornadas que difuminan las fronteras entre la vida personal y la profesional. Relaciones laborales precarias, criterios de contratación nebulosos.
Viajes, hoteles, secretos, fiestas, alcohol. ¿Hollywood? Sí, pero también Westminster. La onda expansiva del escándalo protagonizado por el productor cinematográfico Harvey Weinstein, que utilizó supuestamente su posición de poder para abusar sistemáticamente de actrices, ha sacudido el centro del poder político británico.
La semana pasada presentaba su dimisión el ministro de Defensa, Michael Fallon. Su comportamiento en el pasado, admitió, había estado “por debajo de los altos estándares requeridos”. Otros siete diputados conservadores están siendo investigados por el partido. Entre ellos, Damian Green, el número dos de facto de Theresa May y uno de sus aliados políticos más antiguos. El Partido Laborista también investiga acusaciones a cuatro de sus legisladores.

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