EFE.- El papa Francisco advirtió ayer del “riesgo grave” que supone usar a Dios y la religiosidad para disimular los propios intereses y comodidades, durante la misa que ofició en la basílica de San Pedro.
“Incluso la vida cristiana, el adorar al Señor, puede convertirse en una forma educada de alabarse a uno mismo y el talento que se tiene. Es un riesgo grave: servirnos de Dios en lugar de servir a Dios”, lamentó el pontífice en su homilía.
Añadió: “Cuántas veces hemos cambiado los intereses del Evangelio por los nuestros, cuántas veces hemos confundido el poder según Dios, que es servir a los demás, con el poder según el mundo, que es servirse a sí mismo”.