Padres Tóxicos (Tercero y último)

DE CUERPO ENTERO
    •    Los hijos así las cosas, son elecciones que hacemos habitualmente con la ensoñación de que vendrán a dar firmeza al matrimonio


El avance científico es fecundo y cada vez más prometedor; se espera que en 20-30 años el cáncer sea solo un doloroso recuerdo y que las terapias génicas se impongan con creces en esta historia de los humanos finalmente muy corta. En relación a la reproducción, el mundo actual es maravilloso con las diversas técnicas de fertilidad asistida, logrando que miles de mujeres apenas hace 15 años con esperanzas fallidas a ser madres, ahora lo logren aun en los casos aparentemente insalvables: mujeres que por cirugía previa no tienen útero y que ahora con una matriz prestada pueden tener un hijo después de una fertilización in vitro, es decir en el laboratorio; poder tener embriones congelados para reactivarlos después cuando la pareja desee un nuevo hijo, diagnóstico genético temprano etc. Porque muchas parejas asumen como una imperiosa necesidad tener un hijo, y es justo y bueno que la tecnología les dé esta oportunidad.
    Los hijos así las cosas, son elecciones que hacemos habitualmente con la ensoñación de que vendrán a dar firmeza al matrimonio; sin embargo, y esto debe quedar claro, nunca vendrán a salvar el futuro de una pareja. Hemos anotado cómo es necesario entender la vocación de ser padres asumiendo un compromiso – evidentemente por amor – contraído con nuestros hijos, y también acariciando esa idea romántica que muchos aún creen, que será la mejor inversión para cuando las canas lleguen.
    Cuando existe este panorama como realidad inobjetable, es evidente que caminamos por la vida siempre en esta dirección, diseñando, dirigiendo, formando, señalando y marcando para la recompensa justa y necesaria –según nuestras ideas- por parte de hijos que deben ser agradecidos.
La toxicidad de ser padres se finca justamente en este panorama siempre soñador e injusto, pero que se ha perpetuado por ejemplos arcaicos donde los patriarcados se han fincado por siempre.
Es cierto, a nadie le enseñaron a ser padre.

PADRES SERVIDORES DE LOS HIJOS
La toxicidad se vuelve en círculos sin fin, porque la demanda que los padres ejercen sobre los hijos tiende a invertirse cuando los “viejos” tienen que pagar el precio de tenerlos cerca.
-Mamá tú ya ni haces nada, cuídame a mi hijo solo por unos días mientras lo llevo a la guardería- dice la hija asumiendo que su madre como recién se jubiló está deseosa de trabajar, y qué mejor manera que cuidando a su nieto; los “unos días” se convierten en semanas, meses y finalmente en obligación.
-¿Por qué no fuiste a la junta de la escuela?, si te lo dije con tiempo.
Los abuelos terminan siendo regañados, y por siempre proveedores, porque todos los días cuando acude por su niño, ella como el esposo cenarán y se llevarán con frecuencia comida en un tupper (que nunca regresan) para la comida del día siguiente.
La extorsión y el chantaje están echados, y se quedarán para siempre, porque el amor de los nietos es sagrado, bendito y amoroso. 
Los abuelos no sólo se convierten en las cabecitas blancas, sino en los cuidadores, los que siempre deben estar dispuestos a proveer por el miedo tenebroso de la soledad.

CONCLUSIONES:
1.- El ser padres debe ser respuesta a una vocación bien interpretada, y no solo el hecho natural que la vida biológica exige.
2.- El ser padre implica un compromiso ciertamente par toda la vida, pero deslindado a tiempo para dejar a los hijos que vuelen como los halcones: siempre muy alto.
3.- Entender que se es “padre tóxico”, cuando se impide el desarrollo del hijo, con argumentos embusteros disfrazados de preocupaciones y deseos de protección.
4.- El ser humano como las aves necesita emprender el vuelo, dejar el nido, aunque esto implique dolor intenso a los padres, porque imaginan que lejos escapan a su protección, pero más a su control.
5.- Las familias comunales donde todos caben, han demostrado resultados negativos, porque la familia original se allega de nuevos integrantes que no conjugan con los iniciales-hecho natural-, y que a corto plazo provoca colisiones insalvables.
6.- Es menester entender cada etapa de la vida a la que correspondamos, y vivirla con intensidad, evitando ser adolescentes grandes, y solo abuelos cuidadores de nietos.
7.- Parece imposible entender la vejez sin estar rodeados de nietos, nueras, yernos e hijos, porque así se finca la imagen amorosa de la familia mexicana, sin embargo, es necesario poner límites porque los espacios de los viejos deben ser sagrados.
8.- Los padres tóxicos entorpecen el desarrollo de los hijos, nunca en forma deliberada, pero inexorablemente para toda la vida.

PERO REALMENTE, ¿QUIÉN TIENE LA VERDAD?
Aprendemos andando las veredas,
Recorriendo las calles,
Y subiendo las montañas.
Ser padres es una historia que aún debe escribirse.

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