Zempoala
• Primero reportó la presunta desaparición de la bebé
Elementos policíacos detuvieron a un sujeto que, en estado de ebriedad, golpeó a su pequeñita hija, hasta matarla.
Los hechos ocurrieron en la comunidad de Santo Tomas, municipio de Zempoala, cuando los padres de la menor identificada como M.G.P., de un año 6 meses, la reportaron como desaparecida.
La madre de la menor, en compañía de su esposo, la buscaron en diferentes direcciones, pidiendo el apoyo a un taxista de la comunidad, identificado como Juan “N”, quien los llevó a la comunidad de San Mateo Tlajomulco, del mismo municipio, ya que ellos decían que posiblemente algún familiar se la había llevado a su casa.
El chofer, en su declaración, señaló que en el recorrido de Santo Tomás hacia esa comunidad, el padre de la menor se encontraba en estado de ebriedad y le decía a su esposa que no sabía lo que había pasado con su menor hija, ya que estuvo ingiriendo bebidas embriagantes con sus amigos.
En su regreso hacia Santo Tomás, después de haber dejado a la pareja en esa comunidad, el ruletero se percató que en un paraje solitario se encontraba un bulto pequeño, y que el sujeto en estado de ebriedad había mencionado que él había estado en este lugar horas antes.
El taxista inspeccionó el lugar mencionado, encontrando a la menor muy golpeada y llena de sangre, por lo que pidió el apoyo de la policía municipal de Zempoala.
Los elementos policíacos la trasladaron al Hospital General de Tulancingo, donde los médicos que la atendieron señalaron que ésta ya tenía varias horas de fallecida.
Ante esta situación, y el reporte de desaparición de la pequeñita, contactaron a los padres, que se identificaron como Claudia Z.Z., de 25 años y su esposo de nombre Daniel P.B., de 27 años, a quienes les señalaron que habían encontrado a la menor, pero sin mencionarles que ésta ya había fallecido.
Tras presentarse al Hospital Regional de Tulancingo, la pareja fue arrestada para deslindar responsabilidades.
Claudia les dijo que su pareja, la cual todavía se encontraba en estado de ebriedad, le dijo que había golpeado a la menor, pero no le creyó, pensando que era broma.
Dijo que ella había salido a un mandado, dejando a su hija al cuidado de su padre.
Por su parte, el padre de la pequeñita, Daniel P.B., una vez enterado de que habían hallado el cuerpo de niña, aún en estado etílico, confesó el homicidio de su menor hija.
Aceptó que, como no paraba de llorar, la empezó golpear, provocándole estallamiento de pulmones.
Una vez admitido su crimen, el padre de la víctima fue arrestado y puesto a disposición de las autoridades respectivas, para que sea procesado por la muerte de la criatura.
