El tema está tan desgastado y se está normalizando tanto, que parece que pronto lo que en verdad podría ser noticia, es ver a los 30 diputados juntos en una sesión del Congreso Local. No sé a usted estimada lectora y a usted estimado lector, pero ver la forma en que los holgazanes se la viven con el erario del pueblo además de asco por la falta de ética y profesionalismo, genera coraje contra diputados y diputadas zanganas que ni a levantar el dedo, como se decía vulgarmente, van.

Lo más crítico es la “tolerancia” que tienen los diputados para con sus compañeros ausentes, los que se salen para ir de compras, los que llegan a pasar lista y se marchan, los que no pueden estar una hora completa en su curul y los que sufren de incontinencia, ya que van “al baño” muy seguido. 

Esa “tolerancia”, solapada por las bancadas partidistas, encubierta por la presidenta o presidente de la mesa directiva lo único que provoca es que el trabajo valioso que hacen diputados y diputados que sí asisten a las sesiones que sí conocen los temas y que sí saben qué es lo que votan en cada sesión, se vaya al carajo, ya que de pronto todo se centra en el costo tan alto que representa para el pueblo sostener a una bola de zánganos acémilas que no aportan al ecosistema político y que por el contrario, sienten que por ser diputados o diputadas pueden hacer y deshacer a su antojo.

Es una vergüenza que el Congreso Local se haya convertido en una escuela en donde, como lo hemos señalado anteriormente en este espacio, se otorguen becas para que perfiles ignorantes ocupen una curul y reciban un salario y un título que no merecen, porque ser diputado implica realizar el trabajo de un diputado, cosa que no hace gran parte de los integrantes de la 65 Legislatura. 

Cuando se presencian las sesiones del Congreso, algunos diputados no pueden esconder, porque ni siquiera se dan a la tarea de leer lo que según ellos: “van a proponer”, que ellos no hicieron las iniciativas que medio leen en tribuna, no pueden esconder que una parte de estos están buscando la forma de fastidiarle la vida a sus vecinos, tomando revanchas en contra de ex parejas o velando por “negocitos” que no se caerán mientras tengan un poco de poder.

A poco más de un año de que ocuparan la curul, la 65 Legislatura que algunos han comenzado a presumir como “la más productiva” en realidad será la menos constante, la de 20 diputados y diputadas, la Legislatura que más veces se quedó sin quórum, sin que los diputados tengan faltas, sin que haya descuentos en la nómina, la Legislatura del “pase de lista y me voy”. 

En verdad, que es una pena ver al nivel al que se ha llegado en el Poder Legislativo, la falta de discusión, debate de altura (siquiera debate), la falta de diputados y diputadas reales, no de ignorantes y además petulantes personajes parcos y grises que llegaron a ocupar una curul por mera suerte, por chantaje político o porque aprovecharon la corriente para camuflarse en la misma. Es una pena ver cómo los empleados del pueblo defraudan la confianza que se les dio en las urnas, es triste y miserable que sigan cobrando un salario que no merecen, cínicos sinvergüenzas.