Serán para combatir al Estado Islámico
- Los aliados estudiarán en la cumbre ministerial de Bruselas la propuesta turca sobre una misión naval en sus costas para contener los flujos migratorios
“Vamos a ver cómo la OTAN puede apoyar a aliados en su respuesta a la crisis de refugiados y migración que vemos en Europa y cerca de Europa, en Oriente Medio, en Siria y Turquía”, sostuvo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg a la prensa a su llegada a la cumbre.
Bruselas.- La mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, la proliferación de los Estados fallidos en la frontera sur, la expansión del Estado Islámico y la inestabilidad de Ucrania marcan la agenda de la cumbre de ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas. Estas fueron las líneas dibujadas por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en su intervención inaugural.
Más de 65 países se dan cita estos jueves y viernes en los cuarteles generales de la Alianza Atlántica para perfilar los nuevos escenarios estratégicos.
Los aliados llegan con sus prioridades bajo el brazo. EU busca movilizar a los aliados europeos en el combate contra el Estado Islámico en Siria con el despliegue de los aviones Awacs de la OTAN. Afianza su posición de fuerza en el organismo de la defensa colectiva con una multiplicación por cuatro del presupuesto militar para financiar el despliegue de una fuerza rápida en el Este que disuada a Rusia de su política agresiva.
El secretario general de la OTAN dio la bienvenida a este aumento del “gasto militar y de la presencia estadounidense en Europa”. De los 789 millones actuales, Estados Unidos pasará a invertir 3.400 millones de dólares (3.119 euros) en concepto de disuasión y defensa. Está previsto la creación de una “brigada armada en base rotacional” y el establecimiento de bases en países de la Europa occidental.
Turquía con el beneplácito de Alemania presenta su petición formal para establecer una misión de vigilancia marítima en sus aguas que contribuya a contener el flujo de refugiados. La propuesta formulada por la canciller Angela Merkel y el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, se concretó ayer como una demanda exclusivamente turca.