Luego de lo sucedido en el plano estatal con la renuncia de los ahora ex priistas al partido tricolor, y de la conformación del Grupo Plural Independiente el creativo nombre que genera la sigla “GPI”, y de las declaraciones vertidas tontamente por parte de este grupo, nuevamente tuvo que venir Miguel Ángel Osorio Chong para enseñarles, estratégicamente, cómo se debe hacer una renuncia al partido en el que has militado por años, quizá por toda tu vida, sin perder la imagen de congruencia, entereza y propiedad política que deberían presumir aquellos que una vez se dijeron “institucionales”.
No se equivoquen, no simpatizo con el partido tricolor, aunque no dudo que haya perfiles muy valiosos dentro del instituto político pero estos no han sido suficientes para mantener a flote una ideología que desde hace décadas languidece como la luz de una vela, por falta del oxígeno de la congruencia o por exceso de aire, llamado corrupción.
En pocas palabras, Osorio dijo: “Ni nos retiramos de la política ni nos hacemos a un lado” y destacó que si el cambio no lo pudieron hacer dentro del tricolor, buscarán hacerlo desde afuera, el mensaje y el acto no se mostró como un berrinche o una pataleta de un niño mimado al que le quitan el biberón y le pese a quien le pese, el senador ahora independiente sigue teniendo presencia en Hidalgo y en otras entidades del país, lo que seguramente provocará otra ola de renuncias tanto en lo local como en lo federal.
Y nuevamente, los dos grupos de ahora expriistas se verán las caras, aunque no sabemos si antes se unirán para despedazar al dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas, y luego pelearse entre sí o todo lo contrario, pero de que hay “tiro” sí hay y bien.
Nuevamente las obras de infraestructura que han permanecido en el tiempo y que recuerdan el gobierno de Osorio Chong resurgen perennes al declive de un partido político que ganó los “carros completos” que retumbaba con el grito de su militancia, contra las obras de Omar Fayad, hoy señaladas por presunta corrupción, obras iluminadas con lámparas de fotoceldas fayuqueras que ya no sirven, obras con logotipos pintados con pintura corriente que a menos de un año del término del gobierno han comenzado a descascararse.
Ambos ex gobernadores han comenzado a mostrar fuerza, ahora se parecen a líderes perredistas que podrán ofertar su capital político al mejor postor, con la diferencia de que ellos ya renunciaron al partido y no tuvieron que vender de una manera “doble cara” el apoyo de su gente a otros institutos políticos a cambio de algún premio de la tómbola de la corrupción.
La salida de Osorio Chong al PRI, mucho tiempo después de haber sido removido como titular de la bancada del tricolor en el senado, como esperando que pasaran las elecciones en el Estado de México y Coahuila, con la proyección de lo que es la institucionalidad, ha puesto al ex gobernador en la mira como posible coordinador del grupo “Congruencia por México”, que desde el nombre da mucho para que la gente lo tome con seriedad y no como las siglas de una frase ridícula y ocurrente de alguien que quiere provocar un escándalo mediático.