#ENTRE EL CALLEJON Y EL TENDIDO
• Sin duda la Fiesta Brava en la República Mexicana enfrenta su peor momento
Estimados Amigos, con el gusto de saludarlos desde este espacio de Diario Plaza Juárez. A principios del año 2012, nos alarmó que la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, en aquel tiempo, a través de la Comisión de Administración Pública local Del Distrito Federal, había aprobado una moción que persigue la prohibición de la Tauromaquia en la ahora Ciudad de México (y digo persigue porque seguramente debe estar congelada en el órgano parlamentario capitalino).
A principios de la actual Legislatura Federal, la Diputada Local del Partido Verde Ecologista por la Ciudad de México, Alessandra Rojo de la Vega Piccolo presentó una iniciativa de ley para prohibir la Fiesta de Toros a nivel nacional, lo que llevó a un debate entre taurinos y legisladores ecologistas, sin embargo, la presión contra la Tauromaquia bajó y pensamos que ahí quedaría el tema.
Sin embargo, la semana pasada se nubló completamente el panorama para la más bella de las fiestas, cuando un reportero preguntó por qué no aparece el maltrato animal en los libros de texto y si se prohibirán las corridas de toros, al contestar el Presidente Andrés Manuel López Obrador aún sin referir que las corridas de toros sean maltrato animal, señaló que se debe informar a los ciudadanos sobre ello para que puedan votar y decidir a favor o en contra de la prohibición, el primer mandatario dijo: “como son temas polémicos se tendría que hacerse una especie de consulta para tener la opinión de todos. Son temas polémicos, por eso creo yo que hace falta la reforma al artículo 35 de la Constitución para que el ciudadano tenga esa posibilidad de decir: Yo necesito que se consulte sobre este tema”.
Y agregó que ese proceso (la consulta) tendría que ser vinculatorio. “que no sea nada más un asunto de la autoridad, sino que en esos temas se les pregunte a los ciudadanos su opinión. Y que se informe bien, y que haya polémica a favor, en contra, que haya debate en los medios, eso es la democracia”.
Situación la anterior que pone en una situación muy delicada la prevalencia de la Fiesta Brava en el país, aun cuando el hecho de que López Obrador señale la necesidad de una reforma constitucional para llevar a cabo plebiscitos con toda la legalidad, daría certeza de equidad en una eventual consulta sobre el tema de la Fiesta Brava.
La cuestión en este asunto es que aprovechando esta coyuntura crece la presión de los antitaurinos y los políticos que aprovechan la oportunidad para llevar agua a su molino abanderando esa “demanda popular”, carente de argumentos sólidos basados en el desconocimiento de la Tauromaquia, en el desconocimiento de la trascendencia cultural y económica de la actividad taurina, pues la Fiesta de Toros es una generadora indiscutible de empleos, por el número interminable de personas cuyos ingresos dependen directa e indirectamente de la celebración de espectáculos taurinos, desde los realizados en los más pequeños pueblos, hasta en las más importantes Plazas de Toros de toda la geografía taurina, empleos que representan el ingreso con que cientos, miles de familias, cuentan para su manutención.
Desgraciadamente, en la actualidad, la Fiesta Brava se ha convertido en “moneda de cambio” entre políticos, concretamente en México, el Partido Verde Ecologista ha condicionado apoyos a los gobiernos a cambio de la aprobación de iniciativas de “protección ecológica”, entre las que se han cargado a los Circos y pretenden hacerlo con la Fiesta Brava, iniciativas que están muy lejos de haber sido avaladas por la ciudadanía que eligió a esos “representantes populares y que lejos de velar por los intereses de sus electores se prestan a cumplir caprichos políticos de los gobernantes en turno. Definitivamente como lo señaló el Presidente López Obrador, una consulta en torno al futuro de la Fiesta de Toros debe ser vinculatoria yo sea nada más un asunto de la autoridad.
¿Y los Taurinos?
Por ahí nos vemos, ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO, si Dios lo permite.