OPINIÓN

POR: EL PEQUEÑO TIMMY 

Cuando creíamos que lo peor que veríamos en la máxima tribuna del Congreso Libre y Soberano del Estado de Hidalgo, sería un diputado con una bolsa de huevos en la mano; un diputado con la playera del América; o una diputada que primero interpreta cantos cristianos y luego pone “Las Golondrinas” desde su teléfono celular; estábamos muy lejos de observar lo que vendría. Cómo bien había dicho El Pequeño Timmy el 13 de abril: “se fueron los payasos pero no se acaba el circo”, porque la 65 Legislatura marcha mal. 

Decían: “vendrán cosas peores”, y entre esas situaciones anunciadas esperábamos todos los escenarios posibles, menos el que un perfil como el de Sharon Macotela Cisneros, llegara a ocupar una curul en el Congreso Local. Cuando fue anunciada como plurinominal de Morena, muchos no esperaban que tuviera una forma tan corriente e irrespetuosa de portar la investidura de legisladora, tanto por la forma en que se refiere a los otros legisladores como por los actos que realiza en cada sesión y en general cada minuto que tiene un pie dentro del recinto oficial. 

No es malo hacer que tu hija pida “las mañanitas” en el día de su cumpleaños, lo estúpidamente torpe y machista es llamarle “mujercita”, exponerla en un evento público y tomar todo con la naturalidad de quien organiza una fiesta en la privacidad de su casa; sin embargo, el pastel y el espectáculo se llevó a cabo en un recinto oficial posterior a la comparecencia del titular de la Secretaría de Turismo. 

Bien dicen que quien no tiene y llega a tener “loco se quiere volver”, porque con el poder que ostenta la diputada, cree que puede brincarse los protocolos como si fueran una cerca; cree que ser diputada es ir pasar lista, maquillarse en la curul, salirse a fumar un cigarrillo por cada iniciativa que se sube a tribuna; la diputada cree que ser diputada es pasar lista en una comparecencia, escuchar la respuesta a lo preguntado e ir de compras sin que acabe el ejercicio de rendición de cuentas del funcionario en turno; y lo peor de todo, que por presidenta de una Comisión crea que tiene derecho de hacer un circo y reducir a una fiesta de tres años, un evento oficial.

A todo esto… ¿Dónde está el presidente de la Junta de Gobierno? Aquél al que la misma diputada Macotela Cisneros balconeó en la misma comparecencia por no haber asistido pero, “haber enviado a su esposa” que además calificó de la siguiente forma: “está guapísima, por cierto”. ¿Dónde está el diputado para poner orden? Para señalar a los diputados que hay protocolos, que hay lineamientos, que hay formas… 

Que allá, tras banderas, continuarán los festejos y atascones que acostumbran los diputados, que no es necesario exponer a los menores de edad, a los familiares de los diputados ya sean hijos, hijas esposas o hermanas, que existe un compromiso al ser diputados o diputadas, y que mínimo lo que el pueblo merece es que sepan leer bien.

En verdad entendemos que la curva de aprendizaje para varios legisladores será muy larga, que su intelecto ha quedado rebasado para el cargo que hoy ocupan, que necesitarán más de tres años para saber su responsabilidad, pero no hay que abusar. 

Qué alguien, quizá a un presidente de la Junta de Gobierno, se le podría ocurrir, nada más por casualidad, poner orden en un recinto tan solemne y que merece todo el respeto como institución, ojalá que puedan decirle a la diputada que está a tiempo de enmendar el camino y evitar comparaciones con la que fue el hazme reír de la 64 Legislatura, aquella la de las leyes plagiadas, esa del copetito rojo. 

(No es mala onda, pero Sharon, tiene todo el potencial para superar un canto en tribuna, si no es que con un pastel, ya lo logró).