Lejos de todo pronóstico y expectativas que se tenían al momento de saber que a una dependencia como lo es la Secretaría de Cultura llegaba un perfil como el de la activista Tania Meza Escorza, hoy la comunidad artística se encuentra decepcionada, se sienten traicionados y además violentados por la funcionaria pública que sepa Dios qué le pasó, pero se ha convertido para algunos en lo que tanto tiempo denunció. Un banco de oportunidades para los amigos y allegados, y una puerta cerrada para quienes no lo son.
Las denuncias que ha tenido por falta de atención, por falta de tacto, de labor política, de diplomacia, incluso por no dar audiencia a diversos colectivos, artistas y personajes de la vida pública quizá se han convertido en polvo que la secretaria pudo sacudirse sin problema alguno, pero aunque los ignore o no los quiera ver, hay por lo menos dos antecedentes que ya estań registrados de forma jurídica; un amparo interpuesto por Teresa Samperio León a quién no le contestaron ni SÍ ni NO (solo la ignoraron, como presuntamente han ignorado cientos de oficios de diversa índole); y otro recurso interpuesto por la Editorial Elementum.
Pero con el anuncio de sus aspiraciones a abandonar el cargo, las aguas han comenzado a moverse, y un problema que se ha presentado en la secretaría por culpa de personal que al parecer se quedó con mañas de gobiernos anteriores, podría convertirse en una poderosa herramienta que utilice la oposición para frustrar la llegada de Tania Meza a otro cargo público; o por lo menos, enlodar la imagen que de por sí ya no va tan limpia como cuando llegó a la Secretaría de Cultura.
Resulta que a una mente brillante se le ocurrió “justificar” gastos del presupuesto de 2023 con proyectos que supuestamente fueron financiados por la dependencia estatal pero que hasta la fecha los gestores de esos proyectos no han recibido un sólo peso; es decir, les hicieron firmar que ya les habían entregado cantidades entre los 10 mil y 30 mil pesos como parte del proceso para que sus proyectos se realizaran, pero con el transcurrir del tiempo, pasaron las fechas y llegó el 2024 con la supuesta novedad de que sus proyectos no fueron aprobados.
Diversos artistas y colectivos, han externado su molestia ya que en la secretaría les dijeron que no fueron aprobados, pero se han negado a regresar los documentos en los que se firmaban los supuestos recibos y temen que la secretaría haya justificado gastos con proyectos que supuestamente ya se pagaron sin que en verdad se hayan realizado y sin que los gestores hayan recibido los apoyos señalados.
La situación no queda en esto que aún no se sabe qué ha sido, ya que si los proyectos no se realizaron podría hablarse de un subejercicio del dinero, o de un fraude al obligar a firmar recibos de dinero que no recibieron los artistas y gestores culturales, lo que es una realidad es que un par de actores políticos buscan aprovecharse de la situación y han comenzado a acercarse con los artistas para ofrecerles apoyo y asesoría jurídica a fin de que se comiencen con los procesos legales, mismos que afectarían de alguna forma a la titular Tania Meza Escorza, y obviamente a su candidatura, para el cargo que vaya a querer postular.
Hasta el momento se conocen tres posibles testigos que, de aceptar el apoyo de los buitres carroñeros que son esos nefastos perfiles políticos, podrán interponer los recurso legales pertinentes por diversas causas, que aunque no se han definido, ya se adelantaba un posible fraude, un subejercicio, abuso de confianza e incluso el atentar contra el derecho humano al acceso al arte y la cultura.
Las cosas se pintan de gris, como decía un gran maestro, cuando se acercan elecciones todo se debe ver con lente político, pero mientras eso sucede, no se debe perder de vista que eso de “me firmas que ya te di para que te dé” fue una realidad, y gracias a que algunos grupos y artistas tienen audios que grabaron de forma discreta en la secretaría, se puede ver que lo que dicen es real, en tanto analizan el poder recibir ayuda del “licenciado tal”, mismo que seguramente también tendrá un espacio en la boleta de algún cargo público en las próximas elecciones.
La pregunta de hoy sería: ¿A cuántos más les han hecho lo mismo? Les han hecho firmar recibos para luego decirles “su proyecto no fue aprobado” y sin que regresen esos recibos firmados, y la segunda pregunta que estamos obligados a hacer es: ¿Para qué o para quién se destina ese dinero? Ojalá y no haya un cajoncito que diga “campaña política” porque lo peor que puede ocurrir en estos tiempos de supuesta “Cuarta Transformación”, es descubrir que aquellos que se hicieron pasar por años como “activistas” nunca lo fueron, y como diría la abuela: el poder y el dinero no cambian a la gente solo la muestran como en verdad son, ojalá nos equivoquemos, pero sino es así, seguro habrá más de un perfil que quedará señalado.
Suerte a Tania Meza, ojalá logre solucionar estas situaciones porque está más que claro que si hay un gremio que puede ser bastante nefasto, radical, insolente e incómodo es el de los artistas, artistas reales a los que les ha cerrado la puerta, artistas que no les interesa lo político como a otros buitres, pero que no permiten por ningún motivo que les sea tocada la dignidad ni su vocación por hacer florecer el arte y la cultura en donde quiera que estén.
Hoy, mientras algunos están decepcionados y siguen trabajando desde sus trincheras, otros han comenzado a cargar pancartas que dicen “Ven aquí, nosotros te asesoramos”. Finalmente se habla de actos y consecuencias, veamos atentamente hasta dónde llegan estas consecuencias de una soberbia señalada, de un amiguismo apuntado y de un posible fraude por apoyos que no han sido entregados.
