Qué pena que dan todos esos funcionarios públicos que hicieron el ridículo apoyando, de manera exagerada, a Marcelo Ebrard en su aspiración a convertirse en el Coordinador Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, sobre todo algunos funcionarios de confianza que desde la procuraduría ya se veían como empleados federales, aunque en el plano estatal han brillado por su prepotencia, sus abusos y señalamientos, así como por sus despidos, mismos que no se pudieron ejecutar por contar con protección de quién sabe quién. 

El panorama político es aún muy incierto a pesar de que ya se tienen dos virtuales candidatas: Xóchitl Gálvez por el Frente Amplio opositor que aglutina al PRI, PAN y PRD; y por Morena con respaldo del PT y del PVEM a Claudia Sheinbaum; sin embargo, la actitud de Marcelo Ebrard ha generado expectativas ya que podría subirse a la contienda cobijado por el partido del Movimiento Ciudadano.

La verdad es que, nos guste o no, con dedazo o no, la siguiente presidenta de la república será Claudia Sheinbahum, sería muy complicado y hasta ridículo jugar en contra de Andrés Manuel López Obrador, porque nos guste o no, las siguientes elecciones también serán de él, como han sido durante los cinco años que ha gobernado el país, de otra forma no se explicaría que perfiles tan nefastos hayan llegado a ocupar cargos como diputados locales o federales cobijados por Morena, no por un capital político que representen. 

Puede decirse que no hubo dedazo, pero el respaldo de AMLO ha quedado manifiesto hacia un perfil que ha caminado a su lado por años, mismo al que le entregó un bastón de mando que simboliza la confianza y compromiso para continuar con el proyecto de gobierno denominado Cuarta Transformación. Y no es necesario que la oposición estúpidamente se desgarre las vestiduras con el argumento de lo que un bastón de mando representa para los pueblos indígenas, porque diversos perfiles nefastos lo han recibido sin merecerlo y sin entender el significado de este ya que la esencia no se ha visto reflejada en políticas públicas contundentes para ese sector de la población.

Morena ya eligió a su virtual candidata, lo que haga o piense Marcelo queda fuera de esta decisión, y lo más conveniente sería quedarse en Morena, sin embargo la idea de irse a Movimiento Ciudadano tampoco estaría mal pero sería regatear una candidatura que no ganará la presidencia de la república, porque como ya se dijo antes, la siguiente elección sigue siendo de AMLO. Aunque, en lo que sí abonaría Marcelo con esta decisión sería restarle puntos a Xóchitl Gálvez.

En cuanto a los lambiscones que andaban muy movidos apoyando a Marcelo, no tendrán grandes ganancias, y seguramente aquellos que se movilizaron para apoyar a Claudia se ven muy acomodados.