OPINIÓN | Fuera viejas usanzas 

OPINIÓN | Fuera viejas usanzas 

Ayer se cumplió un año de que el gobernador, Julio Menchaca Salazar, asumiera la gubernatura del estado de Hidalgo, un año de retos y resultados que debieron convertirse en la cimbra de lo que será la estructura de la Cuarta Transformación; y aunque en verdad hay varios avances que no pueden ocultarse ni minimizarse, también se llega a un año con algunas deficiencias que seguramente serán resarcidas durante el segundo año de gobierno que hoy comienza, porque de lo contrario, así como sucedió con su antecesor, el priista Omar Fayad Meneses, el sexenio podría quedar en riesgo e incluso derrumbarse por culpa de colaboradores que nada más no ayudan.

Se cumple un año de gobierno con invitados que, a pesar de llevar su invitación, no pudieron entrar al espacio enmarcado por barras metálicas en la Plaza Juárez, mismos que seguirán preguntándose: ¿Cuándo será que el pueblo sea primero y ocupe los lugares privilegiados que políticos hasta pasados de moda ocuparon durante el informe? Y no es cosa del gobernador, sino del equipo encargado de esas situaciones, ya que se supone que las invitaciones son precisamente para evitar que gente convocada se quede fuera. 

El gobierno de la transformación llega a 12 meses de trabajo con secretarías que se quejan de no tener recursos suficientes, con funcionarios públicos que han tenido que hacer juramentos para abstenerse de fiestas y alcohol, ya que en cualquier momento quedarían exhibidos por estas situaciones, con entregas de apoyos en las que hacían firmar recibos por 8 mil 800 pesos cuando los depósitos sólo serían por 6 mil 600; se llega a un año de trabajo con la esperanza de que Menchaca Salazar conozca esta realidad y cumpla con retirar a los perfiles que estorban al proyecto de la Cuarta Transformación y no haya segundas oportunidades.

A un año de trabajo, el hecho de que se envíen mensajes a las redacciones o se hagan llamadas telefónicas para reclamar por publicaciones hechas con declaraciones de funcionarios o por investigaciones fundamentadas en datos de solicitudes de información, refleja sólo la torpeza de alguien que no está haciendo bien su trabajo o bien, se acostumbró a la vieja usanza del viejo régimen priista que gobernó por 93 años, todo lo anterior en lugar de establecer una ruta específica para coordinar todas las áreas de comunicación social de cada dependencia, ya que más de una ha resultado “deficiente”. 

Es más, continuar con la dinámica de obligar a los burócratas a que posteen mensajes “orgánicos” pero con línea política en sus redes sociales personales, es una táctica con la que se busca obviamente hacer parecer que las campañas funcionan, pero cualquier campaña mediática en la que tengas que obligar a los trabajadores a replicar publicaciones, a que publiquen con un tema específico y/o opinen en otras, no es una campaña exitosa, es nuevamente abusar de la clase trabajadora y tratar de engañar al gobernador de que eso funciona. Eso fue clásico del viejo régimen, así que continuar con esto es ir en contra de la verdadera transformación que se requiere en la entidad y en el aparato gubernamental. 

Tampoco se puede hablar de cambios y transformaciones, cuando más de un funcionario público, a la más pura usanza del viejo régimen, se lima uñas y dientes para buscar un puesto en las siguientes elecciones, situación que deja mal parada la seriedad y el compromiso que deben tener desde que aceptaron formar parte del gabinete estatal que encabeza Julio Menchaca Salazar.

Ayer fue el momento de informar triunfos y compromisos cumplidos; hechos históricos para Hidalgo e inversiones atraídas; fue el día para demostrar la forma en que las políticas públicas se han enfocado para atender a la población con prioridad, a las regiones y sectores más vulnerables, un discurso sobrio de un gobernador que no busca ser un chiste mal contado; ayer se habló de combate a la corrupción y la detención de ex funcionarios estatales; de seguridad, salud y educación; es decir, se informaron logros en todos los sectores y en todas las regiones del estado, un buen comienzo para el primer gobierno de alternancia en la entidad; sin embargo, sin la revisión a fondo del trabajo de todos los colaboradores se podría estar construyendo un castillo de papel como sucedió con el gobierno inmediato anterior, aquél forjado en la impuntualidad, el circo y la payasada.

Hay que recordar que “a ojo del amo, engorda el caballo”, así que se reconoce el trabajo y los logros del gobierno de Julio Menchaca, pero no se puede ni se debe ocultar lo que ha sido evidente, ya que a Hidalgo se le ha prometido un cambio verdadero y si se logra consolidar esto, no hay duda de que a la entidad le irá bien, algo que sin duda quieren todas y todos los hidalguenses.


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