Sin defender a nadie, porque ambos bandos han hecho mal, el destape de la posible venta de candidaturas en Morena ha dado mucho de qué hablar, tanto para aquellos que hicieron negocio, como para aquellos que pensaron que con dinero podrían comprar una candidatura, ambos han hecho mal, no cabe duda, pero aunque esto haya sucedido el dirigente de Morena tiene experiencia, nunca en su argumento reconoce que haya sido una venta.
Por otra parte, aquellos que dieron dinero para hacer el negocio de su vida, apostando a que con una candidatura de Morena tendrían una curul asegurada, no exhibieron al dirigente sino más bien se exhibieron como buitres miserables, como desgraciados ambiciosos del poder, como enfermos corruptos. Porque es lo que son, además de esta situación los exhibió como gente sin escrúpulos, como perfiles sin ideología ni interés en la política real, como lo más puerco que puede encontrarse en el ámbito politiquero.
Y como bien lo dijo Asael Hernández Cerón, el perfil que como muchos de otros partidos políticos, no sólo de Acción Nacional (PAN), han buscado la autoadscripción como indígena para burlar la acción afirmativa impuesta por los organismos electorales y que tenía como objetivo que perfiles indígenas ocuparan las curules respectivas para que este sector de la población pudiera tener representatividad en la cámara de diputados local: “En Morena hubo un cochinero”.
Hacerse pasar por indígena, o reconocer que no lo es y que se ha registrado como tal por “invitación” de una comunidad cuando la curul debería ser para un indígena, no es acto menor para no creer que el cochinero en la asignación de candidaturas alcanzó a todos los partidos políticos en Hidalgo. Así de simple, abrieron las puertas del chiquero y los cerdos atascados buscaron el maíz.
Pero suponiendo que creemos en el baño de pureza que se dieron los del PAN, a quién se le ocurre decirle a los buitres esos que pagaron por una candidatura, que tienen lugar en el PAN, esto se podría interpretar como: “todos esos corruptos que compran candidaturas, vengan aquí, aquí les tenemos un espacio”, e incluso se podría ir más allá, “traigan billete en mano, son candidaturas perdedoras y aquí cuestan menos”.
Abrir la puerta del chiquero no para que se vayan sino para que entren, deja mucho que desear, y aunque el doble discurso de la ultraderecha no es algo nuevo, en esta ocasión sí se pasaron tratando de argumentar que el panista agarró lugar indígena porque todos lo hacen así, y que todas esas personas con las que Morena jugó con sus aspiraciones políticas son pobres víctimas que tienen lugar en el partido Azul, cómo se ve que ni con la experiencia de Francisco Xavier ni con el Grupo Universidad, los albiazules aprendieron a que quien traiciona una vez, traiciona dos veces, y esta ignorancia o estupidez no es única del PAN, en Morena hay varios perfiles que llegan como traidores y que nunca se les va a quitar eso, porque su esencia es la traición. Ahora sí que, abran el chiquero que los que salen del otro seguro se vienen para acá.