OPINIÓN

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El pasado los persigue…   

POR: EL PEQUEÑO TIMMY 

El caso de Adelfa Zuñiga Fuentes, ex presidenta municipal de El Arenal que en su momento gastó alrededor de seis millones de pesos para la construcción del mirador en forma de cruz que se puede ver a la entrada del municipio sobre la carretera Pachuca-Actopan, podría tomarse como persecución política; sin embargo, sí tiene cola que le pisen, y si es que se logra procesar y encarcelar, entonces todo puede quedar como un simple acto de justicia.

Sí, un acto de justicia tardía, como aquella que no sucede en Hidalgo, y que ha faltado para procesar a políticos que dejaron hasta dirigencias de partidos para irse a refugiar a la Ciudad de México, por ejemplo. Lo malo en Hidalgo no es que llegue la justicia, lo malo es que los ciudadanos quieren que esta sea pronta y expedita. 

Otro problema y que resta credibilidad al anhelo y deseo de la autoridad de hacer justicia genuina es que este tipo de situaciones lleguen en pleno proceso electoral; pero bueno, así también es la guerra del poder, y la estrategia está a todo lo que da. Sí señor, hoy no pueden haber chillones diciendo que hay persecución política, cuando hay un pasado que los persigue. 

El pasado es una sombra que en cualquier momento se puede materializar y convertirse en un ajuste de cuentas en el presente. Es lamentable que no a todos los ciudadanos que esperan años a que la justicia llegue en los tribunales les resuelvan en tiempos electorales como ha sucedido con varios personajes recientemente. 

También es lamentable que se señalen algunos perfiles como delincuentes potenciales sin que sean procesados, y la verdad es que no hay para donde hacerse. Los perfiles que traen colas que les pisen deberían conformarse con lo que ya se llevaron en su momento, pero no, quieren más y más, aunque al morirse dejen también a una bola de buitres peleando la herencia de una fortuna que se amasó sin razón de ser. 

El caso de Adelfa Zuñiga y la pesada cruz que trae a cuestas, no es único en Hidalgo, ojalá y pronto “sin distinciones”, comiencen a caer todos por igual, o al menos se vislumbren rayos de esperanza, porque la impunidad que se vive en el estado no tarda en tocar a todas las familias que hasta el momento han sido víctimas de la corrupción que ejercen perfiles en grandes cargos políticos. 

Despojos, corrupción, abuso del poder, hostigamientos, enriquecimiento ilícito, cacicazgos, nepotismo, y todo lo que esto conlleva y se traduce en temas como la inseguridad, la falta de confianza en las autoridades, la  impunidad y más son el pan de cada día.

Hay un pasado que nos persigue, pero a otros los persigue más que a los simples mortales que ni deseos tienen de ejercer el poder, así es esto de las elecciones, el juego cochino y perverso de buscar el poder por el poder, tantos años y tantos fracasos y nada más no aprenden. La esperanza que había de un cambio en México se está yendo al carajo y a nadie parece importarle. El problema no son los candidatos o candidatas sino el pasado que traen a cuestas y el terrible error que cometió el perro al echarse la roña encima. 

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