A Nicole la mató la indolencia de legisladores y gobierno
¿Tú tienes una hija, una hermana, una sobrina, una nieta de 7 años? Es una pequeña, porque apenas rebasa el metro con diez centímetros, siempre con una carita sonriente e inocente. Simplemente no puede contener la fuerza de un adulto, el mismo que subió a su automóvil el 2 de marzo a Nicole, sin ningún trabajo porque una niña de esa edad no puede hacer nada para defenderse, o bien se la llevó del brazo doblándoselo, como haya sido, se la llevó para que nunca volviera a jugar con sus amiguitos de la colonia Rancho Don Antonio de Tizayuca, para que nunca volviera a ver y recibir el cariño de sus papás Cecilia y Jorge.
El viernes 9 de marzo se informó del hallazgo del cadáver de una menor de edad. Cecilia y Jorge, los papás de la menor, aún abrigaban esperanzas de que no fuera su hija, y los hermanos de 14 y 12 años tampoco creían que fuera Nicole. Pero ayer, la Procuraduría General de Justicia del estado de Hidalgo informó que mediante pruebas de identificación genética, se confirmó la identidad de Nicole Santos Palafox.
Nicole pasa a formar parte de una estadística que asusta y se repudia, más de 18 mil mujeres desaparecidas –de todas las edades- en México de 2019 a la fecha, el nombre de Nicole Santos Palafox se agrega a los nombres escritos con pintura blanca en las vallas puestas en Palacio Nacional, para contener a las peligrosas feministas que salieron a protestar el pasado 8 de Marzo. Y aún se recuerda la respuesta del presidente López Obrador sobre esta acción. Dijo: “son bastante creativas”. Entiéndase, imaginativas.
Pongámonos en el lugar de Cecilia y Jorge, padres de Nicole, porque como ellos dijeron: “nunca pensamos que nos fuera a pasar a nosotros, nos destrozaron”. Y en efecto, no pensamos que nos pueda suceder en nuestras familias, pero puede ocurrirnos, como ha sucedido a más de 18 mil familias.
Hay un sospechoso, vecino de la familia Santos Palafox, de iniciales M.A.H.P.; pero para miles de familias dañadas hasta los cimientos, no hay siquiera sospechosos, no hay nada. Sólo el recuerdo ausente de la hija, de la hermana, de la esposa, de la nieta, de la prima, de la madre, que ya no regresaron o regresaron muertas, dañadas, violadas, destruidas. Y en otros casos ni siquiera recuperaron los cuerpos.
¿Acaso no es prioritario conformar políticas públicas de seguridad para mujeres, adolescentes y niñas en México donde estos crímenes aumentaron en los últimos tres años de 7 a 10.5 feminicidios diariamente? ¿Qué estamos esperando, cómo puede ser más importante para los legisladores aprobar el uso, consumo y producción de la marihuana, antes de asegurar la vida de nuestras mujeres, de nuestras adolescentes y de nuestras niñas?
Porque hay que decirlo: La muerte de Nicole nos debe doler a todos, porque ella también era nuestra niña, y la mataron porque no hay políticas públicas de seguridad dedicadas para defender a nuestras mujeres, porque parece no importarle a las autoridades federales que las estén matando.