Los mismos de siempre…
Por: El pequeño Timmy
El gran error que han cometido todos los partidos políticos es convertir en un negocio sus propios institutos políticos, permitiendo que se perpetúen unos grupos mientras otros esperan y toman fuerza para arrebatar el control del partido y convertirse en los mandamás en turno; por eso en política, al menos en México, se puede decir que nadie está muerto.
La carencia de una ideología política sólida; la prostitución que se ejerce al ir de un partido en otro viendo quien paga más por el perfil y el capital político que mueve, sin importar que sea de izquierda o derecha, progresista o conservador, ha hecho que perfiles añejos, momias vivientes en el sarcófago de la política, continúen vigentes y estén al acecho de una candidatura, de un puesto, de un hueso que les permita seguir viviendo del erario público.
Se habla de renovaciones: llegan y dicen “ahora sí somos nuevos” aunque sean los mismos; hablan de esperanza y de un cambio verdadero; cuando ellos fueron protagonistas de la calamidad cuando vestían camisa de diferente color. El problema con los partidos son los grupos de poder que han visto en estos institutos la mejor forma para vivir: negociando candidaturas, pidiendo moches para colocar perfiles que pueden pagar su escaño en el congreso, una silla presidencial o bien una beca en el poder.
La idea de transformación que vendió Andrés Manuel López Obrador durante su campaña electoral de 18 años, no era mala, pero ¿ingenuamente? El presidente no supo, nadie le dijo, no se enteró, de que en política son los mismos chapulines de siempre, insectos que brincan de puesto en puesto y de partido en partido. De esta forma el perro cuyo nombre es “Cuarta Transformación” no se ha logrado quitar toda la roña que le echó encima su amo, para conseguir el poder.
En Hidalgo se vio con las becas que les dieron a los perfiles de bajo rango que han demostrado toda la ignorancia posible en la máxima tribuna del estado, así como con las becas que les dieron a los diputados y diputadas federales que quién sabe quiénes sean y por qué algunos de pronto les ha dado por pelearse con la prensa cuando sólo se ha mostrado la ignorancia y la forma en que ingenuamente, estos perfiles se “autoengañaron” y se han creído diamantes cuando son carbones que ni para el bracero sirven.
Y no, esta situación no es exclusiva de Morena, ni me juzgue estimado lector, yo sé que de antemano usted conoce a los mismos de siempre, aquellos que una y otra vez le han pedido su voto y nunca han dado un sólo resultado digno de reconocer; sin embargo, es Morena el partido que se llenó de sarna, que se convirtió en el nido de cucarachas que huyendo de otros partidos ahora tratan de hundir un barco que navegaba con velas de esperanza.
El error es similar en todos los partidos, por eso la gente ya no cree, siempre ve a los mismos, siempre tiene grupos que se pelean por los puestos al interior. Y este es un grave error porque con una dinámica como esta, nadie está muerto en política y no hay saciedad, siempre están latentes como vampiros que esperan el momento de chupar del trabajo del pueblo.
Así que le quedan algunos meses para tomar una decisión en las urnas y si usted, estimado lector, decide NO VOTAR por: una palomilla de Mixquiahuala; un cantante que hoy es de Tulancingo, mañana de Pachuca y quizá pasado de Huejutla; un Pepe Grillo con “G” de Guadarrama; o alguna momia de esas de apellido conocido, que uno cree que ya no veremos en el ámbito político, ¿quién soy yo para contradecir su voluntad?