HOMO POLITICUS
Lapidario, la ONU arremete contra el gobierno mexicano señalando que las desapariciones forzadas se han generalizado y están impunes; la declaración se suma a una serie de impugnaciones internacionales y poco o nada ayuda a causar el clima de confianza que la actual administración del país pretende crear.
Pero, peón ataca alfil. Por su parte el gobierno mexicano estimó que el pronunciamiento efectuado por la ONU, no refleja una interpretación adecuada de la información que se le entregó, sin embargo, el observatorio The Human Right Watch, en palabras de su presidente José Miguel Vivanco, ha puesto en reiteradas ocasiones esto en duda, cosa que agrava el momento climático en esta materia y se suma al desconcierto nacional e internacional.
Pero si de cifras se trata, el caso de las desapariciones forzadas es análogo al de las muertes violentas en el país, donde, desde hace mucho, no se tiene una cifra contundente y clara, los dimes y diretes al respectos hacen insospechable una cifra creíble; lo mismo para Naciones Unidas pasa con respecto a las desapariciones forzadas, no se sabe cuántas son, pero el propio organismo internacional señala que son demasiadas.
De forma y fondo. Lo preocupante es que en un país cualquiera del mundo, -pero como se trata de México-, estas cosas ocurran y dejen un sabor a barbarie y terrorismo de Estado que no tendría por qué estar presente, en un país donde imperara la ley y el respeto a la ciudadanía y a los derechos humanos. Más aún, un país que históricamente ha sido capaz de ser solidario con otros pueblos, debería ser solidario con el suyo.
Alfil, jaque al Rey. Para la ONU, las desapariciones forzadas en México son generalizadas y el caso de Ayotzinapa es una prueba empírica ante esto, lo cual denota problemas no sólo en la impartición y procuración de justicia, sino en los mecanismos y protocolos de esto, en particular, a nivel de prevención, investigación y sanción de este delito, cuestión que para Rainer Huhle, miembro del Comité de la ONU, que sigue el caso de las desapariciones forzadas en México, es más que anómala pero se viene a sumar a la problemática de que a su decir, más de la mitad de los estados del territorio mexicano presenta desapariciones forzadas, cuestión preocupante.
Enroque, torre custodia a Rey. En definitiva es el momento de que el gobierno mexicano y ello tiene que ver con sus tres poderes, inicie una verdadera reestructuración de las líneas de acción es la procuración e impartición de justicia, esto tiene sus vértebras hacia todas las acciones de Estado, lo cual no debe ser obviado.