En Siria el horror; por lo menos 50 muertos
- Asegura que los bombardeos sobre las provincias de Alepo e Idlib son flagrante violación del Derecho Internacional
Los residentes locales responsabilizaron a los bombardeos rusos. Aseguran que los aviones del Kremlin han sido más numerosos y las municiones más potentes que las empleadas normalmente por el Ejército sirio. «La Fuerza Aérea rusa no tiene nada que ver», alegó, por su parte, el embajador sirio en Moscú, Riad Haddad, en una entrevista con la cadena de televisión Rossiya 24
Naciones Unidas denunció ayer la muerte de al menos 50 civiles en ataques contra cinco hospitales y dos colegios en las provincias sirias de Alepo e Idlib, recordando que se trata de «una flagrante violación del Derecho Internacional».
«El secretario general está profundamente preocupado por las informaciones sobre ataques con misiles contra al menos cinco instalaciones médicas y dos escuelas en Alepo y en Idlib», dijo el portavoz de la ONU Farhan Haq.
Si bien Haq no ha detallado el balance, se sabe que al menos 23 civiles fallecieron por el impacto de misiles en tres hospitales y una escuela en localidades bajo control de los rebeldes sirios ayer.
Al menos catorce personas murieron en la localidad de Azaz, en Alepo, por la caída de misiles en una escuela en la que se refugiaban familias que huyen de la ofensiva del Gobierno de Bashar al Assad y un hospital para niños, según han informado dos residentes y un médico.
Las bombas también golpearon otro refugio para desplazados al sur de la localidad y un convoy de camiones, según otro residente. «Hemos estado trasladando a decenas de niños gritando del hospital», relató el médico Juma Rahal, quien precisó que al menos dos niños han muerto y decenas de personas han resultado heridas.
El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, John Kirby, advirtió en un comunicado que estos ataques contradicen llamamientos «unánimes» lanzados durante la reunión del grupo de apoyo a Siria en Múnich, toda vez que se instó a «evitar los ataques contra civiles».
Según Kirby, «arroja dudas sobre la voluntad y/o capacidad de Rusia para contribuir a parar la brutalidad continua del régimen de Al Assad contra su propio pueblo».