Obras de arte creadas por refugiados se muestran en Berlín

MUSEO DE LAS CULTURAS EUROPEAS  
●    El proceso creativo ha permitido a los refugiados conversar con una realidad agobiante, que se refleja en imágenes de pérdida y destrucción

Dachil Sado, un joven iraquí que había huido de las milicias de Estado Islámico y que perdió a un amigo y a un primo por el camino, reconoce ahora que no entendió aquella pregunta. “Aquella gente parecía amable de verdad, después de muchos meses de huida en los que sabía que no podía confiar en nadie. Y además me ofrecían la posibilidad de hacer algo, con gente alemana, en lugar de pasar todo el día en el albergue esperando que me dieran los papeles”, explica. Así fue como se enroló, al igual que alrededor de un centenar de refugiados procedentes de Albania, Afganistán, Bosnia, Irak, Kosovo y Siria en el proyecto “DaHeim: Einsichten in flüchtige Leben” (“En casa: miradas en vidas a la fuga”).
Un año después, el Museo de las Culturas Europeas de Berlín expone los trabajos de estos refugiados, sostenidos y asesorados por artistas berlineses que les han prestado su material y sus talleres, además de mínimas nociones técnicas, puesto que la mayoría no habían hecho nada parecido en la vida. “Así ha surgido un conjunto de obras pertinentes y conmovedoras. Aunque habían sido realizadas de forma completamente autónoma e independiente, el hilo conductor entre ellas era evidente y la exposición con la que culmina este proyecto constituye una unidad en sí misma”, explica con satisfacción el tunecino Aymen Montasse, uno de los directores de la muestra.
El proceso creativo ha permitido a los refugiados conversar con una realidad agobiante, que se refleja en imágenes de pérdida y destrucción. Dachil Sado, por ejemplo, ha convertido los catres metálicos con los que a marchas forzadas el ejército alemán amueblaba el verano pasado pistas deportivas e incluso hangares de aeropuertos, en una estructura inestable que se tambalea al igual que lo hacen las barcazas masificadas que cruzan el Mediterráneo, un espacio geográfico marcado a fuego en el alma de casi todos ellos.

“MUCHA GENTE HA MUERTO ESTE AÑO INTENTANDO LLEGAR A EUROPA. CREEMOS QUE ESTAS OBRAS AYUDARÁN A QUE TODO EL MUNDO LO TENGA EN CUENTA Y NUNCA LO OLVIDE”, DICE DIVALI MIRZA, OTRO JOVEN IRAQUÍ TODAVÍA EN COMBATE CON LA IDEA DE QUE, DESPUÉS DE VIVIR LO QUE HA VIVIDO, PUEDAN FLORECER EN SU EXISTENCIA LA CREATIVIDAD Y LA EXPRESIÓN

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