CINE DE AYER
El aroma del incienso, la cinta encargada de cerrar el espléndido ciclo dedicado a Keisuke Kinoshita, resultó una nueva obra maestra.
Filmada en 1964 con una duración de 201 minutos divididos en dos partes, se basa en una novela de Sawako Arioshi que narra la trágica historia de Tomoko (Mariko Okada), quien es desheredada de la familia de su padre, porque su madre Ikuyo (Nobuko Otowa, la musa de Kaneto Shindo), se volvió a casar guardando apenas tres años de luto.
La pobre niña es vendida por su padrastro a una casa de geishas, e Ikuyo termina convertida en prostituta.
Sin embargo, su suerte parece cambiar al convertirse en geisha, y encontrar como patrocinador a un conde,
La madre es retirada del oficio, pero sigue provocándole dolores de cabeza a su hija por su forma de vestir, y sus escapadas con un antiguo enamorado, al que no quiere pero explota.
Tomoko se enamora del cadete Ezaki (Go Kato), quien le promete matrimonio, pero que al enterarse del pasado de Ikuyo, rompe el compromiso luego de siete años.
Kinoshita utiliza la historia de Tomoko, para mostrar la del mismo país, afectado por las guerras y la miseria.
Es auxiliado por una espléndida fotografía en blanco y negro de Hiroshi Kuzuda y una sensible música de Chuji Kinoshita.
Koge resultó un canto de cisne, pues Kinoshita se retiraría a la televisión durante sus últimos años.
Solo queda agradecer a la Fundación Japón y a la Cineteca Nacional por esta espléndida retrospectiva.
