Barack Obama dice adiós. Ocho años después de su llegada a la Casa Blanca en medio de una ola de ilusión con pocos precedentes, el todavía presidente de EU protagoniza las últimas despedidas.
El miércoles, a sólo dos días del carpetazo final al mandato, el primer mandatario afroamericano que ha regido los destinos del país hablaba por última vez como tal ante los medios de comunicación.
En la célebre James S. Brady Briefing Room, la sala de prensa que lleva el nombre de una de las víctimas del atentado contra Ronald Reagan en 1981 (uno de sus asesores, que quedó en silla de ruedas a raíz de las heridas), Obama empleó su habitual tono sutil para lanzar críticas a Donald Trump. En una reflexión vestida de recomendaciones, el presidente aprovechó para recomendarle que «que no se aísle». Una idea que completó con esta frase: «Este (la presidencia de Estados Unidos) es un trabajo de tal magnitud que tiene que apoyarse en buen equipo, y dejarse aconsejar por él».
El mensaje, con el respeto que habitualmente utiliza en sus comentarios sobre los demás, se produce después de la última andanada de su sucesor contra la Alianza Atlántica y la Unión Europea, en un claro guiño que favorece la política exterior de Vladímir Putin.