Desesperación del presidente Donald Trump frente a los demócratas

• Uno de los decretos presidenciales anunciados el sábado pasado, extiende una ayuda excepcional a los desempleados, la cual había expirado a finales de julio

Los Estados Unidos han sido para muchos un ejemplo de democracia. Sin embargo, han sido los franceses los que le han dado lecciones al mundo sobre la coexistencia de fuerzas opuestas en el gobierno, registrando como suyo el término de “Cohabitación”, cuando en 1986 en presidente francés socialista, François Mitterrand, debió compartir el poder con un primer ministro de derecha, Jacques Chirac, al ganar las elecciones legislativas las fuerzas conservadoras.

Pero esas lesiones de la historia son desconocidas para el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien en lugar de buscar puntos de equilibrio con el Congreso de los Estados Unidos, en manos de los demócratas, ha buscado liberarse de él para proponer sus propias medidas de estímulo, luego del fracaso de las negociaciones con los demócratas; lo cual lo ha conducido a emitir decretos para extender las ayudas a los desempleados que expiraban a fines de julio y aplazar los cargos sobre los salarios, los cuales propone cancelarlos; con lo cual, ha demostrado que carece de capacidad para cohabitar con los demócratas.

El viernes pasado, las conversaciones entre los líderes demócratas en el Congreso de los Estados Unidos y los asesores del presidente Trump sobre un nuevo plan para apoyar la economía fracasaron Debates entre los líderes demócratas en el Congreso de los Estados Unidos y los asesores principales de Donald Trump sobre un nuevo plan para apoyar la economía terminó en fracaso el viernes.

El presidente Donald Trump anunció el sábado pasado que había firmado varios decretos para extender y completar ciertas medidas del plan de recuperación económica, luego de señalar que los demócratas habían bloqueado lo que él quería hacer por la gente. Lo cierto es que, durante dos semanas las negociaciones entre Nancy Pelosi y Chuck Schumer, líderes demócratas del Congreso, por un lado, y los negociadores de la Casa Blanca, Steven Mnuchin y Mark Meadows, se habían estancado; pues mientras la mayoría de los republicanos en el Senado estaban dispuestos a poner un billón de dólares sobre la mesa, los demócratas, en el poder en la Cámara de Representantes, establecieron un techo tres veces más alto.

De tal forma que, uno de los decretos presidenciales anunciados el sábado pasado, extiende una ayuda excepcional a los desempleados, la cual había expirado a finales de julio. No obstante, el presidente Donald Trump bajó el monto de la ayuda semanal a 400 dólares, en lugar de los 600 dólares aprobados en marzo pasado, cuya extensión fue defendida por los demócratas. 

El decreto plantea ahora que los 400 dólares semanales serán financiados solo en tres cuartos por el gobierno federal, con fondos disponibles. Los republicanos querían primero reducir la ayuda a 200 dólares por semana y luego asegurar una tasa de reemplazo general del 70% del salario, para no desalentar la reanudación del empleo. 

Por otro lado, dos decretos más prevén la protección de ciertos inquilinos y una moratoria en el reembolso de préstamos estudiantiles. El presidente Trump anunció el aplazamiento de los cobros de impuestos sobre nómina, por cuatro meses, de septiembre a diciembre, de los sueldos hasta de 100 mil dólares anuales; pero, además, ha señalado que cancelará estos cargos financiando en las cuentas sociales si gana las elecciones del 3 de noviembre próximo.

Las elecciones presidenciales están a la vuelta de la esquina y al presidente Trump, más que el bienestar de la economía de su país y de los ciudadanos, le interesa ganar las elecciones. La gestión del plan de ayudas sigue siendo de alto riesgo para el presidente estadounidense, rezagado en las encuestas frente a su rival demócrata, el expresidente Joe Biden, bajo los efectos de una pandemia por el COVID-19, mal gestionada, que le cobrará factura en noviembre seguramente; a pasar de los esfuerzos que está intentando hacer para impulsar la recuperación de la economía nacional, pese a sus acusaciones contra los demócratas de querer salvar ciudades y Estados demócratas, más dirigidos.