Números Claros

Desprecio de Donald Trump por la vida y los organismos internacionales

Siempre habrá que hablar de los Estados Unidos, si no es porque invadió un país, es porque rompe con el libre comercio e inicia una guerra comercial contra China o porque se convierte en el primer lugar mundial en contagios y muertos por el Covid-19, al llegar a 1,842,883 infectados y 106,323 muertos. Pero en este último tema, como sucede en el fútbol, Estados Unidos no podía estar a la cabeza sin que Brasil diera la pelea; por lo cual, gracias al desprecio al pueblo brasileño de su presidente, Jair Bolsonaro, este país ocupa hoy el segundo lugar en contagios, con 514 mil 992, y cuarto en muertes, detrás de los Estados Unidos, Reino Unido e Italia.

Pero quizá porque los policías de los Estados Unidos y su presidente, Donald Trump, están hartos de hablar de Covid-19, decidieron desenterrar la espada del racismo y darle al planeta un nuevo tema de que hablar de su país, al propiciar la muerte por asfixia de un afrodescendiente frente a los ojos de todos. Pero el brillante presidente de los Estados Unidos, en la gloria de su presidencia no quiere detenerse a debatir con el mundo sobre derechos humanos o sobre la pandemia del coronavirus, así que este lunes ha preferido enfocarse en los temas internacionales.

Así que, Donald Trump ha anunciado el aplazamiento de la Cumbre del Grupo de los 7 (G7), pasó a confirmar el colapso definitivo de las relaciones de los Estados Unidos con la Organización Mundial de la Salud (OMS), acusada de ser una organización pro china y cubana, mientras anunciaba la reducción de las ventajas comerciales otorgadas a Hong Kong, dentro de una guerra abierta contra China. Sin duda alguna, este presidente quiere ser recordado por la historia, tanto como Hitler y quiere que los medios no dejen de hablar de él un solo día.

De esta forma, el presidente Donald Trump está hoy en todos los frentes y es objeto de todas las críticas. Hoy el coronavirus y las protestas en su país contra el racismo, son solo un tema de muchos que intenta manejar con pleno desprecio sobre el resto del mundo; él se siente el dueño de los destinos de la humanidad, de los temas que deben discutirse en los foros internacionales y del curso de la historia del planeta.

De este modo, los medios internacionales dan cuenta de cómo los países industrializados fueron tomados por sorpresa al decidir, unilateralmente, posponer la reunión del G7, sin ningún protocolo previo para concertar la cancelación de una reunión que se efectuaría en junio en los Estados Unidos. Evidentemente, la negativa de la Canciller alemana Angela Merkel, la posición del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, de trasladarse a los Estados Unidos por razones de salud, recordemos que estuvo afectado por el Covid-19, hicieron que el presidente Trump actuara por su cuenta.

Por ahora, el nuevo amo del G7 y del G20, al que pertenece México, no ha dado una nueva fecha para la Cumbre. El presidente estadounidense ha propuesto extender el G7 a otros países, bajo la creencia que incluye al Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y los Estados Unidos, está fuera de contexto; por lo cual, propone invitar a Australia, la India. Corea del Sur y Rusia, este último país excluido después de la invasión a Crimea en 2014.

De esta forma, aparece un nuevo amo de la geopolítica en el mundo. Quien dijo que China había superado en el liderazgo a los Estados Unidos; no es así, ahí está su presidente haciendo cosas descabelladas que nadie imaginó posibles, convirtiendo a su país en una enorme tumba para sus ciudadanos víctimas del Covid-19, saliendo de todos los acuerdos internacionales, como el de París sobre el calentamiento global, el de migraciones, saliendo de la OMS y mandando a todos “diablo”, burlándose del planeta, de la vida en él y de la humanidad.

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