Nueva crisis se dibuja en Medio Oriente provocada por Trump

Números Claros

Aún el pueblo kurdo sigue combatiendo los restos del Estado Islámico (ISIS) y la incursión de las tropas turcas en sus territorios, mientras una nueva guerra se asoma para dificultar su lucha por la autodeterminación. El ataque estadounidense contra el general iraní, Qasem Soleimani, en territorio iraquí ha trastornado un planeta habido de paz para hacer frente a los trastornos provocados por el calentamiento global, las guerras y los desastres naturales; temas que al parecer poco importan al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, más interesado en evitar su destitución y su reelección que en el bienestar de la humanidad.
 
La euforia de las fiestas de fin de año y la llegada de un año nuevo han sorprendido a la comunidad internacional, que aún no entiende cómo y por qué se produjo el letal asesinato del general iraquí. Hace unos años atrás fue detenido en Italia un estudiante mexicano por denunciar los planes de los Estados Unidos de llevar a cabo guerras con drones; hoy, lo que parecía ciencia ficción se ha vuelto realidad, en la noche del 1 de enero el presidente Trump, cómodamente instalado en su mansión de Miami, dio la orden de atacar con aviones no tripulados a un convoy que transportaba en Bagdad al general iraní Qasem Soleimani, el comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución Iraníes, el militar de la República Islámica más destacado y llamado a ser el sucesor del presidente Hassan Rohani, muriendo junto al general el número dos del grupo Hachd Al Chaabi, Abou Mehdi al-Mouhandis.
 
Después del asesinato Qassem Soleimani, nuevos ataques se han producido contra objetivos proiraníes en territorio iraquí. Mientras en las principales ciudades de Medio Oriente se registraban manifestaciones de protesta por la muerte del general Qassem, el presidente Trump, para justificar sus ataques, señalaba a las milicias paramilitares proiraníes como sus objetivos militares, acusándolas de intensiones expansionistas en la región y responsables de ataques contra ciudadanos e intereses estadounidenses.
 
Recordemos que el 28 de diciembre pasado se produjo la muerte en Kirkuk, en el norte de Iraq, de un ciudadano estadounidense que dirigía una empresa, durante un ataque con cohetes; al día siguiente, las redadas estadounidenses mataron a 25 combatientes del grupo armado iraquí Hachd Al Chaabi, apoyado por Hezbolá, cerca de Teherán. Ello produjo un aumento de la tensión entre los Estados Unidos e Irán, debido a que los partidarios de los grupos proiraníes forzaron la entrada a la embajada de los Estados Unidos en Bagdad y los Estados Unidos respondieron con un ataque con aviones no tripulados dirigidos destruir el convoy que transportaba al general iraní Qasem Soleimani.
 
La muerte del general iraní, anunciada el 3 de enero, provocó una reacción en cadena en Medio Oriente y en el mundo Occidental, que revivieron el peligro de una guerra a gran escala. El general Soleimani, no era hasta entonces muy conocido en Occidente, pero sí una de las figuras más sobresalientes de la República Islámica de Irán, al ser el jefe de las fuerzas de “Qods” (la Guardia Revolucionaria) y estar a cargo de las operaciones externas de Irán, de profundizar la influencia de Teherán en Oriente Medio; tema sobre el que todos los medios occidentales han dado cuenta.
 
Los Estados Unidos acusaron a Qassem Soleimani de estar detrás de los ataques con cohetes contra bases estadounidenses en Irak. Los medios revelan que Soleimani se encontró en la línea de fuego durante los ataques contra los Estados Unidos en Irak y la inteligencia estadounidense estaba tras él desde el gobierno de George W. Bush. Si bien el pentágono ha dicho que el asesinato del general tenía un propósito disuasivo, el presidente Trump aplaudió su muerte afirmando que debió “haber sido eliminado hace muchos años”.
 
Ahora la cabeza del presidente Donald Trump tiene un precio, 80 millones de dólares; mientras que ha sido repudiado internacionalmente como en su país. Por ejemplo, Francia lamentó la escalada de la violencia en Medio Oriente donde trataba de mediar para defender el Acuerdo Nuclear con Irán, del cual había salido el gobierno de Trump, en tanto que Moscú acusó a Washington de provocar mayores tensiones en la región con sus acciones militares; en tanto que el temor por una escalada de violencia aumenta en el mundo, a la vez que Irán promete vengarse. A la vez, los candidatos presidenciales demócratas han condenado la decisión del presidente Trump de matar al general Soleimani.
 
Hoy, algo que se cuestionan muchos ciudadanos en el mundo es si los Estados Unidos tenían la potestad de asesinar al general iraní en Iraq. Los expertos están divididos; algunos opinan que necesitaba pruebas irrefutables sobre sus planes para lanzar un ataque militar o terrorista, de que se pudo arrestar a Soleimani, antes de usar la fuerza, lo que podría hacer legal la muerte del general ante las leyes de los Estados Unidos; pero este país, ha inventado muchas veces mentiras para lograr sus fines, como en el caso de las armas letales en manos de Sadam Hussein. Sin embargo, legal o no, hoy el mundo está en el seno de una nueva crisis que afectará el comercio, el crecimiento y el desarrollo, la concertación de acciones para hacer de la tierra un mundo mejor y garantizar su desarrollo sustentable.

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