Noticias del mar eterno

Noticias del mar eterno

LAGUNA DE VOCES

“Siempre empieza donde lo ves por vez primera”, decía el poeta más inteligente que haya tenido el país, “pero también donde simplemente lo miras”.

El mar posee esa facilidad que ningún otro milagro de la naturaleza tiene, porque además es otro en cada ocasión, diferente al que miraste cuando niño, renovado y nunca interesado en repetirse. Es uno en cada ocasión, y te mira distante con el sonido que nunca cesa, que te habla de su constancia, la única real, capaz de sorprenderte en la esperanza de que esta vez sea la que te regrese la vocación por mirar con nuevos ojos el último trecho de tu vida, un diminuto grano de arena en su playa.

Lo vi por primera vez a los 15 años, en compañía de mis dos hermanos, uno ya parte de sus recuerdos, y mi cuñada. Es preciso recordar que recuerdo la playa antigua, la serena paciencia de quien conocía con el conocimiento de la fe a Dios, y gustaba platicar con la claridad que da el conocimiento para que todos entendiéramos. 

Así que son las olas, los focos diminutos que se cuentan por miles en cada cerro que construye una bahía, y que son historias como la mía, la que se asoma al ventanal y pregunta con sentida esperanza, si la historia se detiene o continúa cuando falta un personaje tan importante como el que me habló del mar como reflejo del firmamento, de millones de suspiros que elevan los difuntos que nunca se van, porque son nuestros, somos también nosotros.

Empieza a cada instante, porque es infinito en su capacidad de conectar almas, que sí las hay, de transmitir a fuerza de eternidades, la voz que son todas las voces, de los que se supieron por fin parte de un mundo al pertenecer a la persona amada, al crear el amor aún a costa de que a veces se cae, pero se levanta y jura que volverá a ver el mar para buscar su eternidad.

Todos los puertos se parecen a la ciudad nacimiento de donde vengo, y a falta de bahía tiene un viento que corre desbocado como huracán, tormenta, hasta dormir en calma, dentro de la cuna donde se velan los sueños más hermosos, que por supuesto son los sueños de los niños.

Siempre existe el compromiso de regresar al mar, y regresar significa lo mucho que nos otorga de manera gratuita, aún a costa de que su oleaje sea cada vez más y más débil, apenas perceptible cuando del amor que regala no queda nada pasados unos años apenas.

Sin embargo, eso lo descubrió el poeta, puede empezar todo, absolutamente todo, cuando lo vuelves a mirar, cuando metes los pies en su agua, algunas veces helada, otras tibia, pero sin fallar a su esencia que es despertar el gusto enorme por empezar de nuevo, invocar a los ángeles que le dieron la magia de crear y recrear el corazón cansado, el que de repente se hizo nada, solo recuerdo.

Empezará siempre donde nos topemos con el mar, en la playa eterna de la vida, en la sonrisa que despierta cuando se asoma la luna encima de su camino de luces; el sol resplandeciente que deslumbra los ojos; el cielo estrellado que se avienta de cabeza a sus aguas; el universo mismo que cabe cada noche en sus aguas, tal vez el mejor alhajero para guardar tanta joya resplandeciente y única.

Todo empieza de nuevo cada mañana, cada noche, cada madrugada.

El asunto no es nunca irse y darle la espalda, sino recordarle que tarde o temprano nos volveremos a ver, para mirar al hermano que nos trajo por vez primera, y saber que él es, sin lugar a dudas, una de esas estrellas que se asoman en la noche, para recordarnos que, allá donde está, sabe que todo empezará de nuevo.

Mil gracias, hasta mañana.

Mi Correo: jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

X: @JavierEPeralta

Related posts