CINE DE HOY
Normalmente los dibujos animados nacionales apuestan por el trazo burdo al estilo de las múltiples leyendas de Ricardo Arnaiz o Alberto Rodríguez o al chiste simplón al estilo Marcianos contra mexicanos de los hermanos Riva Palacios.
Por eso sorprende ver un filme tan inteligente y bien cuidado como El ángel en el reloj de Miguel Ángel Uriegas, que se exhibe en la Cineteca Nacional y en varias salas comerciales.
El sensible guión de Rosana Curiel Defossé narra la historia de la pequeña Amelia, una niña enferma de cáncer, que quiere detener el tiempo.
Y es que ella siente que no le queda mucho tiempo, además de que no quiere que sus padres envejezcan.
Por ello acostumbra quitarle las pilas a los relojes de su casa o los esconde.
Malachi, un ángel que habita en un reloj cucú, traslada a la pequeña Amelia a Los Campos del Tiempo.
Ahí la pequeña es engañada para entregar su joya del tiempo a un temible ser que detendrá el tiempo con funestas consecuencias.
Los animadores están visiblemente influenciados por sus colegas japoneses, pues los personajes están perfectamente delineados y recuerdan a algunos dibujos nipones.
Asimismo la historia está un poco más desarrollada que la de las cintas animadas nacionales.
De tal forma que Un ángel en el reloj resulta una animación nacional excepcional que merecería mayor difusión y apoyo publicitario, pues corre el riesgo de pasar desapercibida para el gran público.
