Lo peor que puede pasar en un gobierno nuevo es que el pueblo comience a extrañar a los de antes a pesar de que haya dicho que no eran buenos o que vea que no hay avances y que la expectativa que puso en algún rubro de la administración pública sea igual que el anterior, con la única diferencia de que en su momento hayan asegurado que serían diferentes.
Tenemos que recordar, la administración de Francisco Olvera Ruiz con sus conferencias en la Secretaría de Turismo, en la que la encargada de comunicación invitaba a los organizadores de cualquier festival, fiesta patronal o evento cultural a que acudieran a Pachuca para que dieran una conferencia de prensa y así dar a conocer su evento, incluso tenían el atrevimiento de sugerir que trajeran comida para los representantes de los medios de comunicación.
Esto por sí solo ya era mucho, sin embargo, en la administración pasada, Eduardo Baños Gómez, convirtió las instalaciones de la Secretaría en un salón de usos múltiples en donde además de los eventos culturales se anunciaban eventos deportivos, encuentros de negocios y más.
No es malo que una Secretaría “les haga el favor” a los organizadores de diversos eventos “sin fines de lucro”, pero cuando se anunciaban eventos que tenían un costo y que favorecían a empresarios que buscan “ahorrarse” el tema de la publicidad, ahí era donde la puerca “torcía el rabo” porque además de buscar quedar bien con los empresarios, hacer creer a los organizadores de eventos gratuitos de diversas comunidades de Hidalgo, que convocar a una rueda de prensa era un enorme trabajo con el que “con gusto colaboraba” la Secretaría, la dependencia estatal se colgaba de cuanto evento había en Hidalgo.
De esta forma “la colaboración” que realmente nunca existió, se entregaba en un informe en el que se decía que la dependencia había colaborado en todo, enviando un correo electrónico a las redacciones de los periódicos (no a todas) y prestando el lugar para que las conferencias se llevaran a cabo.
Con el perfil de una activista que se supone sabe lo difícil que es una gestión, que más de una vez conoció lo que es la burocracia y la pérdida de tiempo en la búsqueda de una respuesta con alguna dependencia de gobierno, parecería que la Secretaría de Cultura del gobierno actual tendría un actuar diferente, pero el salón de usos múltiples que en su momento ocupó turismo ahora lo coordina Tania Meza Escorza, bajo el argumento de que sin dinero lo único que puede hacer es hacer lo mismo que hacían los otros, aquellos a los que en su momento criticó.
Es penoso saber que una Organización Civil como el Grupo Interdisciplinario de Arte GIA en Tulancingo que ha sobrevivido a los caprichos de los gobiernos municipales del PRI, del PAN y del PRD, que ha mantenido al único festival multidisciplinario en la región de Tulancingo vigente, ya que este año realizarán la edición número 23, siga esperando la oportunidad de tener una audiencia con Tania Meza, desde el 14 de noviembre, fecha en que la presidenta del GIA recibió un reconocimiento por 21 años de dedicación al fomento a la lectura.
A pesar de los oficios de la información solicitada, de la audiencia con la titular de Cultura en Hidalgo, es increíble que la dependencia no conozca la magnitud del evento, que no sepa que para el GIA es primordial que los artistas tengan un escenario digno en el que se puedan presentar, y que por el contrario traten a esta organización como un limosnero al que pueden dejar plantado, al que pueden ignorar o al que le pueden decir: “Oiga no tenemos dinero pero le podemos dar unas botellas de agua”.
Pareciera que Tania Meza no sabe que una organización civil que ha mantenido vigente un festival durante 23 años, siempre recibió el discurso “no tengo dinero” por parte de las autoridades, y pareciera que la creatividad con la que se supone se buscarían soluciones y se haría frente a la situación en Hidalgo se ha quedado corta, por lo que como diría Juan Gabriel: “no tengo dinero, ni nada que dar”.
No se lamenta un no, sino la forma, el trato que se les está dando a los gestores culturales y artistas en la Secretaría de Cultura, y aunque el argumento fuera: “Sólo fue a una”, Tania Meza debe saber, por sus años de activismo y gestión que así fuera una sola persona, esta persona cuenta, tiene voz y tiene valor y no merecen el desdén con el que ha tratado al GIA de Tulancingo.
Porque en el discurso de la Cuarta Transformación se ha vociferado que no hay tratos de primera ni de segunda, que todos son iguales, aunque en la realidad ya se está viendo que las autoridades siguen siendo iguales y los tratos también. De esta forma el “no tengo dinero” de siempre, insisto, ha evolucionado para convertirse en canción del Divo de Juárez y en este gobierno parece que en cultura no hay dinero ni nada que dar.