Home Nuestra Palabra Luis Kaim Gebara No se necesitan príncipes

No se necesitan príncipes

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TERRAZA

El Papa en un momento se sale de su discurso del sábado, para pedirles a los obispos a que se digan las cosas a la cara, que dejen de hacer política en los pasillos y en la obscuridad, “si se tienen que pelear, peleen”. Palabras que bien podrían quedarles a los miembros del gabinete y a los miembros de los partidos sin lugar a dudas.

 

Antes de su visita a México, el Papa Francisco ya había establecido algunas de las ideas que marcarían el propósito y carácter de su estadía en nuestro país.

            Con estas ideas el Papa Francisco estableció las temáticas y la forma que las trataría.

            Desde el viernes que llegó a Cuba y se reunió con el Patriarca ortodoxo Ruso Cirilo, se pudo apreciar que había necesidad de reunirse y trabajar juntos para limar las asperezas y las viejas rencillas para solucionar la brutal persecución que sufren los cristianos en Oriente Medio y el norte de África, y lograr la estabilidad de la zona.

            Unos 200 millones de fieles están perseguidos o sufren presiones en el mundo. El encuentro que se celebró este viernes en La Habana, entre el Papa Francisco, jefe de la Iglesia católica, y el Patriarca Cirilo, primado de la iglesia ortodoxa rusa, el primero entre los líderes de las dos iglesias desde el cisma que las separó en 1054 y que logró disminuir las diferencias entre los dos jerarcas.

            De ahí el Papa voló a México en donde el sábado en sus mensajes habló y les habló duro a los jerarcas de la iglesia católica (Cardenales y Obispos) pero no solamente a ellos, en su discurso marcó las líneas maestras de su viaje. El combate contra la corrupción, el apoyo a los pueblos indígenas y la vuelta a la evangelización forman un bloque destinado a frenar el declive del catolicismo en México.

            Criticó al modelo tradicional del clero, los modos jerárquicos de los obispos, a quienes les dejó claro que, “no se necesitan príncipes, sino una comunidad de testigos del Señor”.

            Francisco dejó claro en su discurso a los obispos mexicanos que sabe de las peleas entre los Cardenales Norberto Rivera y Alberto Suarez Indel, el primero es el polémico cardenal acusado de encubrir a Marcial Maciel, y el segundo es el arzobispo de Morelia, Michoacán, ciudad por cierto que el Papa visitó este martes.

            No hay que olvidar que ambos personajes han tenido disputas por la jerarquía eclesiástica mexicana.

El Papa en un momento se sale de su discurso del sábado, para pedirles a los obispos a que se digan las cosas a la cara, que dejen de hacer política en los pasillos y en la obscuridad, “si se tienen que pelear, peleen”. Palabras que bien podrían quedarles a los miembros del gabinete y a los miembros de los partidos sin lugar a dudas.

El presidente dio un discurso en el que describió al Papa Francisco como un líder sensible y visionario, cuyas causas también son las de México, un país que dijo Peña Nieto, escuchará su mensaje de aliento y esperanza.

Tras este mensaje, Peña Nieto recordó que México es un Estado laico que vela por la libertad religiosa y protege la diversidad y dignidad humana, e instó a los mexicanos a trasmitir estos valores.

En un muy buen discurso Peña Nieto le dijo al papa Francisco que siendo México el segundo país del mundo, por número de católicos, su presencia reafirmará la vocación de México para la paz, la fraternidad, la justicia y los derechos humanos. Las causas del Papa son las causas de México dijo en su intervención Enrique Peña Nieto.

Hay que reconocer que de acuerdo al índice Global de impunidad México 2016, que detalla que la ineficacia institucional en materia de procuración e impartición de justicia forma una cadena de impunidad desde la comisión del delito, la integración, la posible condena de un inculpado y la reparación del daño a la víctima.

Definitivamente la impunidad es una realidad tan lamentable como preocupante.

Sin duda el Papa Francisco es un líder bien informado que tiene en los obispos fuente de información, y que a cada país que visita conoce de antemano su problemática.

El rezago en los sistemas de seguridad y justicia en México sumerge a las 32 entidades en un serio problema de impunidad. Las políticas públicas en México han estado mal enfocadas para combatir este fenómeno, que es el principal factor que alimenta la corrupción, la violencia y la delincuencia.

El ver que asuntos como la fuga de Joaquín “el Chapo” Guzmán del penal de máxima seguridad del Altiplano o la riña en el penal de Topo Chico en Nuevo León, provocan que el ciudadano no crea en las instituciones: peor aún, al ver que no sucede nada con los responsables de algún delito, los mexicanos creen que pueden quebrantar la ley puesto que no recibirán castigo.

Francisco pidió a los jerarcas de la iglesia no ser simples espectadores de los problemas que aquejan a México sino sumarse a las soluciones que debe darse para combatir la impunidad, la corrupción, la migración, el tema de los indígenas, combate a la violencia etcétera, etc.