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“No se me acaba la sed del cuento”: Mónica Lavín

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    •    La autora de cuento y novelas como Yo, la peor se adhiere a la descripción de que el cuento es ese lugar donde se vuelven posibles las intromisiones oscuras y sensuales de un escritor


A Mónica Lavín la antología de cuentos propuesta por Tusquets Editores le dio la oportunidad de indagar en tres décadas de trabajo con el relato breve; de indagar en las temáticas, formas y estructuras que ha ido probando por años y que dieron lugar al libro A qué volver, su antología personal, es decir, una cartografía de su obra breve.
El ejercicio de seleccionar sus mejores cuentos la llevó a una conclusión respecto al género: “No se me ha acabado el deseo de ir desentrañándolo, probándolo, arriesgándome de diferentes formas o siendo muy canónica, pero no se me acaba la sed del cuento, incluso, por ejemplo, mis cuentos devocionales por ahí los filtro”, señala la narradora y colabora de EL UNIVERSAL.
La autora de cuento y novelas como Yo, la peor se adhiere a la descripción de que el cuento es ese lugar donde se vuelven posibles las intromisiones oscuras y sensuales de un escritor. “El cuento es puro asombro, bisturí fino o, mejor dicho, sacabocados, ese instrumento que usábamos en mis tiempos de bióloga para calar en los árboles y mirarlos pulpa adentro”, dice en el prólogo de esta antología personal.
La autora de libros de cuentos como Uno no sabe, Manual para enamorarse y Ruby Tuesday no ha muerto asegura que A qué volver fue una gran oportunidad. “No la busqué pero me pareció un privilegio, fue como decirme: ‘detente, qué has escrito, cómo escribías antes, cómo escribes ahora, qué temas, qué formas, qué indagaciones, qué riesgos, cómo eras frente a tu cuadernito, cómo eres ante la computadora, frente a lo que eres tú ahora’, todo eso pensado orgánicamente”.
Lavín (Ciudad de México, 1955) afirma que éste es su género de adoración. “Este es un ejercicio de reflexión sobre qué he estado escribiendo, cuáles son los temas que me han asaltado, me doy cuenta que es lo contemporáneo urbano lo que me importa y que en mis cuentos hay hombres y mujeres, pero está la idea de inventar al otro o inventar el amor, cuáles son las estrategias para sobrevivir a nuestra condición de fragilidad que nos da el que somos mortales, que tenemos miedos, pero tenemos deseos de tener un sueño y de tener asideros al pasado, al origen, a la pertenencia, a la invención de estar con el otro y cómo lo otro también nos amenaza, cómo de todos modos siempre estamos en vilo”, señala.