No nos abandonemos…

Pido la palabra

La primera semana fue una situación novedosa, la segunda se comienza a tornar complicada; esas son las expresiones que escuchamos a través de las redes sociales en torno al aislamiento forzado, aunque necesario, por el Covid-19.

Lo cierto es que el encierro, por muy justificado que sea, puede comenzar a generar otro tipo de conflictos físicos y emocionales si es que no somos capaces de gestionar nuestro tiempo. En el aspecto físico es obvio que el sedentarismo conjugado con la muchas veces nada sana alimentación que acostumbramos puede provocarnos otro tipo de problemas a nuestra salud, entre ellos, el reafirmar nuestra obesidad, sólo por citar el más notorio.

Pero el emocional es el que puede convertirse en un problema por la auto reclusión que violenta nuestro espíritu de libertad, pues por más que podamos entender la extrema urgencia en que nos encontramos, al final, nuestra mente nos indica que nuestra libertad está limitada.

¿Cómo combatir esa depresión?, no es sencillo, sobre todo cuando en el fondo no sabemos las necesidades e intereses de los demás. Pero considero que lo principal es no abandonarnos, no caer en la flojera pensando que esta medida es una especie de vacaciones, porque no lo son.

Para evitar el abandono, debemos seguir haciendo nuestras rutinas diarias como si fuésemos a realizarlas en las formas acostumbradas; eso de andar en pijama o pants todo el día, caminar lento como si estuviésemos enfermos, en verdad que nos va a enfermar el ánimo.

Quizá se escuche sencillo el hacer un check list cuando tenemos nuestro home office; pero entiendo que no es tan simple cuando el estar en la calle es una razón obligada para “corretear la chuleta”, y estar atados al aislamiento debe ser desesperante.

Por nuestro bien, no nos abandonemos, el estudiante a cumplir con sus obligaciones académicas en línea, pues es esa modalidad la que todas las escuelas están utilizando; los que tengan la posibilidad de tener trabajo y haberlo llevado a la casa, cumplamos como si estuviésemos materialmente en nuestra área de trabajo; dejemos que sea sólo por estricta necesidad el que tengamos que salir a la calle; entendamos que nadie lo va a hacer por nosotros; las autoridades de todo el mundo están siendo rebasadas, sobre todo si seguimos insistiendo en la teoría del complot.

Al final, el autoabandono, lo único que provocará es que la siguiente enfermedad que debamos atender sea la emocional, y de esa, probablemente nadie se está dando cuenta, hagámoslo nosotros desde ahora, siempre hay algo en qué estar ocupados.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está

Related posts