No hay quinto malo para los Bonilla

El primer actor junto a sus hijos Sergio, en el escenario, y Fernando dirigiendo, recrean esta historia del dramaturgo español David Dasola

El clan Bonilla considera que no hay quinto malo, es por eso que iniciarán una nueva temporada de la obra “Almacenados”, en esta ocasión en el Teatro Rafael Solana, que a partir de hoy se transforma en una solitaria bodega donde dos extremos de la vida se verán cara a cara.
“Esta puesta en escena tiene lo que una buena obra de Shakespeare. La universalidad de una obra depende de su potencial para impactar en la gente contemporánea y cómo trasciende en el tiempo, por ejemplo vemos Otelo y nos sigue maravillando por su estructura, y esta es una obra muy bien estructurada”, dijo Héctor Bonilla sobre su regreso a la historia.
El primer actor junto a sus hijos Sergio, en el escenario, y Fernando dirigiendo, recrean esta historia del dramaturgo español David Dasola, en la que un hombre de la tercera edad, don Lino, será reemplazado por Nin, un joven que se siente afortunado por tener un trabajo, aunque esté sea cuidando una bodega donde nadie se para.
“Tiene metáforas respecto a este joven y a este viejo, sus diferencias y semejanzas, abordando un tema fundamental como es la falta de empleo, antes los burritos no tenían trabajo, hoy los sabios no tiene trabajo, eso es lo que hace que la obra esté presente, que tenga una vigencia”, señaló el patriarca de los Bonilla.
Sergio comentó que pareciera que una obra pierde todo misterio después de hacerla durante un tiempo determinado, pero como actor tienen el compromiso de reencontrarse con su personaje en cada nueva etapa, para alimentarlo y refrescarlo con las nuevas experiencias que ha adquirido.
Fernando define a “Almacenados” como una obra agridulce, por eso funciona mucho en México, por estar pasando por un momento difícil y poco amable para sobrevivir. “Aquí la esperanza es ambigua y qué final quiere darle el público.

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