No confíen en las redes sociales 

No confíen en las redes sociales 

Pulso del Mezquital 

Existen principios, usos y costumbres, que alguna vez creímos en peligro, que solo de recordarlo hasta dan ñañaras, pero gracias a Dios, la costumbre es más fuerte que el amor. Tanto, que hasta un éxodo masivo de priístas se traen un borlote, que un hormiguero no tiene tanto animal. 

Hasta el 2018, expertos en la materia, políticos experimentados y medios de comunicación, alertaban precisamente sobre los cambios en las formas de hacer política en este país, donde se daba un paso más allá de la transición, sino una sacudida hasta las entrañas en la vida pública de México. 

En pocas palabras, que las formas tradicionales de hacer política cambiarían para siempre y obviamente a más de uno nos puso tristes, porque nos imaginábamos que la revolución de ideas, mentes, propuestas, se antepondrían por encima del dinero, el hate, la guerra sucia y sobretodo eso que tanto nos gusta a este público espectador, la de sacarle sus trapitos al sol a todos esos políticos que aspiran al poder. 

Los resentidos sociales de ese tiempo, festejaban que cualquier hijo de vecino podría ocupar un espacio de poder sobretodo en los niveles locales, demostrándonos con el tiempo y con creces, que no existe peor error que eso, donde algunos pueblos ya no saben si están pagando algo malo hecho en sus otras vidas o si simplemente se tienen que acostumbrar a padecer en este valle de lágrimas. 

Algunos políticos de esta nueva ola, han demostrado ser tan inexpertos e improvisados, que en toda su gestión no han logrado agarrar la onda, nivel de chalán nuevo, a ese que mandan a la ferretería por una llave Nosa o un soplete de coladera y que a pesar de todo, nomás no aprenden. 

Bueno, sucede que cuando creímos que habíamos perdido la fe y que nos tendríamos que acostumbrar a esta nueva ola de políticos, surgieron nuevamente, algunos incluso del basurero no solo de la historia, sino de la memoria de los ciudadanos, para volverse a aparecer en la vida pública con sus prácticas, pues las cosas bien aprendidas no se olvidan, gracias al cielo. 

Obviamente, ya no puede uno tener amigos ricos, antojos caros y andar como conejito Duracell, repartiendo dinero, cobijas, despensas y demás apoyos para aparecer en las redes sociales, porque luego, luego, surge el sentimiento de sospecha de los resentidos sociales y en seguida nos vienen a acusar de querer o pretender algo. 

Ahora que están en oferta tantos kilos de huesos, a muchos nos dan comezón los dedos para compartir en redes sociales nuestros logros, lo lindos que somos y sobretodo, la forma tan humilde de tratar a los demás, principalmente a aquellos que la vida los ha tratado tan mal, esos que sus padres nunca les dieron un beso, porque nunca tuvieron tiempo para eso, porque las letras no les entraron cuando tenían hambre. 

Lamentablemente, estos políticos y yo, sabemos que no podemos relajarnos en nuestras redes sociales, porque un mundo nos vigila, esperando los tiempos para darnos una tunda en nuestro camino a las urnas, porque si algo tenemos los mexicanos, es que el rencor lo administramos y lo utilizamos para los tiempos exactos, justo cuando ese alguien le empieza a ir bien en la vida. 

En corto:

Que la presidenta municipal de Tasquillo, Estela Martínez, llegó brava a su puesto, a cortar cabezas de funcionarios y aunque ella tiene fama de flojita, ahora sí se ha tomado en serio su trabajo, que anda con todo. 

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 @Marko Cabañas 

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