Niñas y niños invisibles

Niñas y niños invisibles

Entre líneas

  • En esencia, la celebración de la infancia y adolescencia va más allá de un día, un mes, o incluso, un momento

Fue en 1924, cuando el Presidente de la República Álvaro Obregón, impulsado por el Ministro de Educación José Vasconcelos, declaró la celebración de la niñez en México –ahora el 30 de abril- para “fomentar la fraternidad y comprensión a esta población y promover su bienestar y derechos”, ante una infancia de niños -y niñas- pobres, descalzos y hambrientos.

No fue sino hasta 35 años después (el 20 de noviembre de 1959) cuando la Organización de las Naciones Unidas declara el “Día Internacional del Niño” (sic) al aprobar la Declaración de los Derechos del Niño y la Convención Sobre Los Derechos del Niño.

Este afán por reafirmar los derechos de las niñas y los niños y crear una infancia feliz para un desarrollo pleno e integral como seres humanos, no solo debiera remontarnos a un día en que se regalan obsequios o juguetes a la población infantil, sino advertir la verdadera esencia de esta celebración.

Por ello, es importante visibilizar a las infancias y adolescencias invisibles, es decir, a las niñas, niños y adolescentes (NNA) huérfanos de víctimas de feminicidios, de abuso sexual infantil o de violencia familiar; a las hijas e hijos de madres y padres desaparecidos o privados de la libertad, a NNA en situación de calle, NNA refugiados, en albergues o casas de asistencia social; NNA migrantes o en conflicto con la ley; y NNA discriminados por alguna diversidad funcional (mal llamada discapacidad).

Lo anterior porque, todas y todos los NNA merecen ser tratados como iguales, sin discriminación y gozar de los derechos que les son reconocidos por su especial vulnerabilidad, debido a su edad menor a los 18 años, y a que sea erradicado el principal mal que los violenta: la tolerancia social.

En otras palabras, los NNA merecen que se ponga fin a la violencia que sufren, que puede ser: el maltrato (incluido el castigo violento), la intimidación o bullying (incluida la intimidación por medios electrónicos), la violencia juvenil, la violencia de pareja o doméstica, la violencia sexual; la violencia emocional o psíquica o ser testigo de violencia.

Violencias que traen como consecuencia: 1) Problemas de salud mental, como: síndrome de estrés postraumático, depresión y ansiedad, agresión, suicidio; 2) Lesiones: internas, traumatismos craneoencefálicos, quemaduras, fracturas; 3) Enfermedades no transmisibles y comportamientos de riesgo como: obesidad, inactividad física, consumo de tabaco, consumo perjudicial de alcohol, [cáncer diabetes, enfermedades cardiacas y pulmonares, accidentes cerebro vasculares –en forma indirecta-]; 4) Enfermedades transmisibles y comportamientos de riesgo como: consumo de alcohol y drogas, infección por VIH, enfermedades de transmisión sexual, múltiples parejas sexuales, prácticas sexuales poco seguras; 5) En la salud materno infantil: embarazo no deseado y embarazo en la adolescencia, muerte (incluida la muerte fetal) y complicaciones del embarazo.    

Por ello, en 2016, México se unió a la Alianza Global (iniciativa de la ONU conformada por varios países para atender y prevenir la violencia infantil y juvenil), que originó la creación de la Comisión para Poner Fin a Toda Forma de Violencia contra Niñas, Niños y Adolescentes y el Plan de Acción 2019-2024, para la eliminación de la violencia contra las niñas, niños y adolescentes en México, cuyos objetivos se basan en las 7 estrategias de INSPIRE (metodología para atender y prevenir dichas violencias), las cuales son: 1) Implementación y vigilancia del cumplimiento de las leyes, 2) Normas y valores; 3) Seguridad en el entorno; 4) Padres, madres y cuidadores reciben apoyo; 5) Ingresos y fortalecimiento económico; 6) Respuesta de los servicios de atención y apoyo; y 7) Educación y aptitudes para la vida.

En esencia, la celebración de la infancia y adolescencia va más allá de un día, un mes, o incluso, un momento, implica el respeto de sus derechos, y por ende, su persona, porque como diría el filósofo italiano Mirko Badiale “En cada niño se debería poner un cartel que dijera: Tratar con cuidado, contiene sueños”.

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