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Newcastle Noir 2016

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El Arte de Novelar         

Las voces de Ann Cleeves, Mari Hannah, Gunnar Staalesen y Val McDermid, cada una en su momento, sonaron comprometidas con un género que en Europa se lee con pasión

La Lit&Phil de Newcastle, Reino Unido, es una gran biblioteca independiente abierta en 1825, que los pasados días 29 y 30 de abril, y 1 de mayo, se vistió de negro para dar cabida al Segundo Festival de ficción criminal de la ciudad. Allí estaban Jackie Collins y su equipo para hacer que todo funcionara al cien. Daban la bienvenida a invitados de Islandia, Finlandia, Noruega, Dinamarca, Suecia, México y de su propio país.

Las voces de Ann Cleeves, Mari Hannah, Gunnar Staalesen y Val McDermid, cada una en su momento, sonaron comprometidas con un género que en Europa se lee con pasión. Ellas, inglesas, y él noruego, discurrieron con sapiencia sobre escritura, el profundo placer de crear historias detectivescas y las alternativas de sus novelas en el cine y las series de televisión. Fueron días espléndidos en que la lluvia y un poco de aguanieve nos hicieron sentir que estábamos en el lugar justo donde se cuentan los crímenes.

La Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, que impulsa un interesante programa para fomentar la literatura mexicana en el extranjero, hizo posible que Mauricio Montiel Figueiras y Élmer Mendoza estuviéramos presentes para hablar de los intersticios de mi obra, desconocida para los ingleses, ya que sólo cuento con una novela publicada en inglés, aunque “La prueba del ácido” (Acid Test) entra en septiembre a librerías. Les contamos que retrato los problemas más crueles de un país y que lo hago en completa libertad estética, que el gobierno de México no persigue escritores y que para mí el tema de la violencia es muy provocador y no estoy dispuesto a ignorarlo. No fue fácil exponer por qué la ficción en regiones donde la violencia es constante, exige que la escritura utilice recursos novedosos. Mauricio consiguió explicarlo tan bien que se vendieron todas las copias de Silver Bullets, traducida por Mark Fried y publicada por Maclehose Press Quercus, London en 2015.

Nos sorprendió la cantidad de autoras presentes. Las escandinavas Kati Hiekkapelto y Jónina Leósdóttir, best sellers en Europa, con una visión del mundo novedosa en cuanto al universo del delito y la injerencia de la personalidad de las escritoras en sus historias.

Deslumbraban sus cabelleras claras sin tintes. Las nórdicas Sólveig Pálsdóttir, Lilja Sigurdardóttir, el finlandés Antti Tuomainen; las de casa, Helen Cadbury, Amanda Jennings y Sarah Ward acompañadas de Barry Forshaw, entre otros, mostraron con su presencia y sus palabras que escribir ficción criminal es lo mejor que les pudo ocurrir en la vida, puesto que la novela policiaca posee una carga emotiva y personal que se comparte directamente con lectores y críticos. Montiel Figueiras, que trabaja un territorio narrativo sobre la soledad profunda y la autoflagelación, escuchaba atento, quizá pensaba en su detective solitario, e ingresaba decididamente en el mundo de las tentaciones. La tierra de Sherloj Holmes y Hercules Poirot pueden provocar eso y más.

Mientras nosotros estábamos en Newcastle proponiendo mayor atención a la ficción criminal mexicana, Paco Ignacio Taibo II hacía lo mismo en Italia, donde Héctor Belascorán Shane es uno de los detectives más conocidos. En Londres, estuvimos en el Instituto Cervantes para presentar Silver Bullets, acompañado de Nick, en una sala atestada de mexicanos e ingleses interesados en la literatura mexicana y en las particularidades del Zurdo Mendieta, un detective con el que usted se tomaría un whiskey. Hubo un aspecto en esta presentación que me agradó: la curiosidad de mi editor Christopher McLehose por mis precursores y por la génesis de mis procesos literarios, y una vez más puse por delante a mis maestros Fernando del Paso y Juan Rulfo, al brasileño Rubem Fonseca y a Batya Gur, esa hermosa israelita que ya no está con nosotros, y sobre todo a James Joyce, cuyo fantasma aún se bate en las páginas más creativas de la narrativa contemporánea. Al final creo que al Zurdo le espera un largo y sinuoso camino y deberá aprender a vivir flojito y cooperando en sus noches de días difíciles.

La Secretaría de Cultura, si quiere contribuir a cambiar la imagen de México en el exterior, deberá invertir más. Son los artistas y el arte mexicanos los que tienen más posibilidades de lograrlo, sobre todo las manifestaciones artísticas que no rehúyen el perfil contemporáneo de nuestro país, sino que al contrario, lo explican y hacen pensar que nadie acabará con nuestra nación mientras sus artes, la literatura en serio, sean capaces de contar un país que es imposible ocultar bajo la alfombra. Tenemos claro que conseguiremos la otra trascendencia, la que da el arte que siempre está comprometido con la verdad, a poco no.