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• Su familia le inculcó el gusto por el deporte y su buena condición física le facilitó entrar al mundo del futbol aplicando el reglamento.
Uriel Olvera Ríos, silbante profesional de la Liga MX, señala que ama profundamente su trabajo pero reconoce que “la necesidad me hizo ser árbitro”. Su familia le inculcó el gusto por el deporte y su buena condición física le facilitó entrar al mundo del futbol aplicando el reglamento. ”El meterme al arbitraje fue por necesidad, me invitaron a un partido de futbol mis hermanos, mi hermano que entrena en la Liga Universitaria me invitó a un partido de futbol a arbitrar, y me gustaba mucho el futbol, siempre lo practiqué y cuando terminó el partido y me pagaron dije ‘de aquí soy’”, recordó el queretano. Y agregó que “quería sacar un dinero extra, combinarlo con la escuela y cualquier trabajo entonces lo más fácil era ser árbitro porque era los fines de semana, y lo podía combinar con mi carrera porque aparte de ser árbitro soy educador físico (en una universidad privada)”. Luego de dos años de estar pitando en el balompié amateur de Querétaro, el Colegio Profesional le vio cualidades y lo invitaron a que se integrara para prepararse de una mejor forma. ”Cuando yo me empiezo a involucrar en el arbitraje, me empiezo a enamorar de esta profesión, porque ya cuando entras a esto ya no sales, yo creo que el 90 por ciento que inicia a arbitrar se va enamorando de esta profesión”, estableció. Como cualidades considera que tiene condición física, buen diálogo con los jugadores y trata de llevar a un término los partidos. De ahí que se le dio la oportunidad de debutar en la Liga MX como silbante en un juego Pachuca vs León, y hasta el momento el partido más complicado que le ha tocado es la final de ascenso entre Necaxa y Juárez, donde quedó campeón el equipo de Aguascalientes. ”Requieres mucha preparación, que no te ganen los nervios, los medios, los equipos, la plaza entonces en cuestión de presión, yo creo que fue el partido más complicado (la final de ascenso), dentro de la cancha ya es normal pero antes se vive muy diferente, disfruté más mi debut en Primera División, que el partido de la final”, señaló.