La arriesgada investigación llegó a la pantalla con el documental Explorer: Marfil de Sangre, en National Geographic Channel
Hace unos meses, cuando el periodista de investigación para National Geographic, Bryan Christy, viajaba a través del aeropuerto internacional de Dar es Salaam en Tanzania, fue detenido por elementos de seguridad porque habían detectado algo extraño en su equipaje: un par de colmillos de elefante cuyo precio en el mercado negro alcanza miles de dólares.
Pero en realidad se trataba de réplicas que el periodista había mandado a elaborar y a equipar con rastreadores GPS con el fin de llevar a cabo una misión, casi al estilo de Misión Imposible: localizar a los cazadores furtivos y exponer las prácticas del comercio ilegal de marfil en África.
“Sabemos dónde está sucediendo la caza furtiva, sabemos dónde se vende marfil, principalmente en China. He estado dentro de las fábricas de tallado de marfil en China, he estado dentro de las tiendas de todo el mundo, pero nadie había seguido el rastro de la selva hacia los puertos y a los compradores. Por lo tanto, la única manera en que se me ocurrió hacer esto, sería teniendo un rastreador en el sistema, y pensé en tratar de encontrar un rastreador para un contenedor, pero luego tienes que saber qué contenedor. Así que decidí ponerlo en el marfil”, recordó en entrevista telefónica Christy, quien publicó esta historia en la edición de septiembre de la revista National Geographic.
La arriesgada investigación llegó a la pantalla con el documental Explorer: Marfil de Sangre, en National Geographic Channel.