A un tipo le dieron un balazo en el ombligo, estaba dentro de un automóvil, los que pasaban por el lugar y lo miraban, pensaban que estaba haciendo la meme, pero ya estaba tieso, cuando le avisaron a la policía, llegaron el ministerio público, agentes investigadores, peritos en criminalística, la gendarmería, Protección Civil, Cruz Roja, el grupo de salvamento y los bomberos. La gente pensaba que iban a una marcha por el gasolinazo que se viene y que iba a estar de la patada, porque esta vez no era de mentadas de madre, si no de madrazos en contra de los dirigentes de gobierno.
Hubo muchos comentarios, que el balazo que le dieron en la barriga fue un ajuste de cuentas, que el sicario ha de haber sido un chaparro que le tiró a la cabeza y le pegó en el vientre.
Esto ocurrió en la comunidad del “Tinaco”, municipio de Tezontepec de Aldama Hidalgo, después del mediodía avisaron a la policía. El muerto fue identificado como Emiliano, de 62 años de edad, les comunicaron a la policía que en un coche estaba un hombre a quien le habían dado en la madre, dentro de una camioneta roja, la llamada fue anónima y dijo que el operador se encontraba vivo, y se convulsionaba y le salía sangre por la boca.
Los primeros en llegar fueron los paramédicos de Protección Civil de Tlahuelilpan, y según su informe dijeron que al llegar al lugar encontraron a un hombre sin vida, como de 62 años de edad, y que en apariencia fue asesinado. Que estaba dentro de una camioneta Ranger, color roja.
Una vez que el Ministerio Público llegó acompañado de toda su gente y una veintena de curiosos, les repartieron banderas y dieron el banderazo para levantar el cadáver y dar principio a las investigaciones. Dijeron algunos de los testigos, que en la calle de Zanja colorada, vieron a muchos que iban armados hasta los dientes con escopetas y pistolas en la mano.
Relató una muchacha, que dijo que es su hija, pero no de usted sino del muerto, y no sabía qué le había pasado a su padre; se regaron todos los agentes y uniformados a peinar la zona, y se sabe que los investigadores les andan pisando los talones a los que se lo echaron al plato, y que pronto lo tendrán entre las rejas.
DEL SUSTO HASTA LE GANÓ
Guillermina, de 33 años de edad, sufrió el susto de su vida, que hasta le ganó en los calzones; lo que le pasó fue muy grave, como dice el dicho ‘al mejor tirador se la va la liebre’, se puso a calentar cera para depilarse unos pelitos y de momento le ardieron sus manos, las movía y les soplaba, pero las llamas no se le apagaban.
Esto fue en la calle de la colonia Morelos, en un salón de belleza, Guillermina se encontraba sola, no le caía ninguna greñuda que se fuera a peinar, eran como las 10 de la mañana, para no tener malos pensamientos puso en sus manos cera, la frotó y la acercó a la parrilla, de momento ardieron, aventó la parrilla y cayó donde tiene las revistas y comenzaron a quemarse saliendo muchas llamas.
El fuego agarró fuerza y por más que buscaba agua, no tenía en el salón, quiso apagar las llamas con la patas, parecía que bailaba un jarabe tapatío, las llamas empezaron a agarrar sillas, sillones, y llegó hasta el tocador donde tiene sus menjurjes inflamables.
Un taxista que pasó por ahí, con su radio llamó a los bomberos, que llegaron con la manguera en las manos y en menos que canta un gallo apagaron el incendio que no les supo ni a melón.
Cuando estaba controlado el fuego, los de Protección Civil Municipal atendieron a la víctima de sus quemadas, sus manos parecían que tenían guantes negros, les volvió a repetir que calentó cera y ardió, que las pérdidas son como de 5 mil pesos y que le salió más caro el caldo que las albóndigas, que fue un accidente, siempre lo hace y nunca le pasa nada. Pero ya tuvo una experiencia que el diablo nunca duerme, y por poco queda como chicharrón.
PLEITO POR MALOS ENTENDIDOS
Julián, de 58 años de edad, se presentó al Ministerio Público para hacer una demanda en contra de unos vagos de la colonia Morelos. Juegan fútbol en la calle y les vale madre a quien le peguen con la pelota, se emocionan como si estuvieran en una cancha.
Dijo que iba acompañado de su esposa María Sánchez García, caminaban sobre la banqueta de la calle de Colegio Militar. A lo lejos vieron a unos jóvenes que echaban una cascarita. En el momento en que le iba a dar una mordida a su elote, recibió un pelotazo que por poco se lo traga con todo y palo, sangrándole la nariz y boca, muy furioso agarró la pelota y con todas sus fuerzas le dio una patada que la voló varios metros y rompió un vidrio de los grandes de una tienda.
Salió un señor mal encarado echando chispas, buscando con la mirada al culpable, y los regañó: “ya les dije una y mil veces que se fueran a jugar a la casa de su madre, me rompieron un vidrio que vale 700 pesos, me lo tienen que pagar”.
Trató de agarrar a uno de los que jugaban pero se echaron para atrás, listos para correr, y señalaron al señor que él había sido quien chutó chueco y quebró el vidrio. El señor se dirigió a Julián diciéndole que ya estaba grandecito para jugar en la calle. Su esposa María quiso intervenir para aclarar cómo había estado el problema, pero el viejo enojón le dijo que se callara el hocico, que esto era de hombres, que con viejas no se entendía.
Don Julián le dijo que fue él quien pateó el balón, pero lo hizo porque a él le habían roto la boca. El viejo no quiso entender razones, le mentó la madre, se le fue a madrazos, cuando lo vio tirado se metió a su tienda y no salió. Llamaron a la policía, quien se cansó de tocar la puerta, y mejor le dijeron a Julián y a su vieja que fueran a poner su queja.
LO METIERON A LA GALERA Y AHÍ MURIÓ
En Tezontepec de Aldama, todos lo habitantes chuparon como recién nacidos el día de la Candelaria, festejo al Niño Dios, cohetes, baile, piñatas, pidiéndole al niño Dios que las Reformas de Peña, no nada más los ayuden a ellos, sino también a los Mexicanos.
Al que se le pasaron las cucharadas de tanto empinar el codo fue a Ponciano Ortiz, de 47 años de edad, originario de la localidad de Mangas, municipio de Tezontepec, quien trabajaba como elemento de Seguridad Privada, andaba manejando su coche Dodge Neón, color gris, placas del Distrito Federal, estaba pedorecontento, le daba unos acelerones a su automóvil, corría, daba vueltas, que le rechinaban la llantas. Lo paró la policía municipal
Le dijeron que se bajara del automóvil, lo hizo y los quiso abrazar, deseándoles que no se empacharan con los tamales.
Como los uniformados vieron que apenas podía detenerse en pie de lo borracho que andaba, se lo llevaron a la comandancia de policía, y lo pasaron con el médico, que dijo que no había necesidad de revisarlo, que a leguas se veía que estaba super borracho. Los uniformados cargando lo metieron a la galera y ahí se quedó en un rincón roncando como león enojado.
Eran las 8 y media de la noche del miércoles de este mes, y el oficial de turno le fue a echar un ojo a ver si ya se le había bajado la borrachera. Le habló por su nombre varias veces, pero no le contestó, abrió la reja y se metió, vio que estaba quieto y no tenía ningún movimiento y estaba frío, asustado llamó a los paramédicos de Protección Civil, para que lo revisaran; dijeron que no le encontraban signos de vida, que estaba tieso, se había ido al valle de las calacas.
Mandaron traer al agente del Ministerio Público, que dio fe al cadáver y que según los datos del médico legista, el motivo de su muerte fue una bronco aspiración. Avisaron a su familia para darles la noticia, y les dijeron que no dijeran nada de que se había muerto en las mazmorras, y que se podían llevar el cadáver, pero no quisieron recibirlo.
Dijo su esposa Leonila que no le hagan al cuento, tiene varios testigos, entre ellos su suegra, que vieron cuando lo metieron, estaba borracho pero vivo y no cree que en unas horas se haya muerto. Le dijeron que por lo borracho se broncoaspiró, les contestó que ni madre, él no era de broncas “que chistosos, lo matan y uno tiene que enterrarlo”, y no se lo llevó. Poco después los uniformados lo llevaron a su casa, pero les dijo que al menos lo llevaran dentro de una caja.
MATÓ A SU AMIGO Y NO SE ACUERDA
Benjamín Sánchez fue llevado ante el Ministerio Público por los agentes investigadores, por el delito de que se echó al plato a su compañero de parranda; se informó que al cuarto para las 5 de la mañana del miércoles 25 del mes pasado, se encontraba, en la terminal de autobuses del municipio de Molango, una persona muerta, llegaron los agentes investigadores a ver qué Pez.
Encontraron a un señor, de nombre Juan Castillo de 47 años de edad, que había estirado la pata, la identificación del cadáver fue por su hermano Osiel Castillo Olguín, los agentes anduvieron preguntando quién lo había matado y porque; les cayó un testigo que dijo que andaba de farra chupando con Alfredo Badillo y Benjamín Sánchez, a las 9 y media de la noche estaban en la terminal de camiones y llegó Juan Castillo, que se acopló con ellos.
Tomaban como nunca, y en la madrugada, no sabe el porqué, comenzaron alegar Benjamín y Juan, dijo que Benjamín le dio un aventón a Juan, que cayó al suelo y se pegó en la cholla y no se movió, al verlo Benjamín se fue espantado a su domicilio que se encuentra en prolongación Morelos del barrio de Santa Cruz, con esos datos lo agentes fueron a buscarlo y al salir de su casa lo apresaron, como responsable de la muerte de Juan Castillo, así quedó en la averiguación previa, quedando pendientes las causas de su muerte.
En la declaración de Benjamín, dijo que efectivamente anduvieron chupando con los amigos que dicen, pero de momento Juan se cayó y se quedó dormido, de ahí no recuerda nada de los detalles, es que padece lagunas mentales, y más cuando chupa. Porque él no lo mató, y si lo hizo no se acuerda.