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Murillo Káram: el hombre, el funcionario, el amigo

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Murillo Káram: el hombre, el funcionario, el amigo

Familia Política

Cuenta una vieja leyenda, que los vikingos, grandes navegantes, preparaban sus embarcaciones con muchos años de previsión; comenzaban por sembrar los que serían, a su tiempo, poderosos árboles cuyo futuro estaba determinado, desde el momento en que manos expertas los plantaban lejos de la planicie, en lo más escarpado de las montañas, donde crecerían azotados por los fuertes vientos y las terribles tormentas que en esos sitios son cotidianas. Los arbolitos, lentamente se transformaban en recios árboles, con sus troncos llenos de nudos e imperfecciones, propias de los malos tratos que la madre naturaleza les prodigaba. Los ojos de los fabricantes de barcos, sabían en qué momento alcanzaban su madurez y fortaleza para cumplir con su destino. Muchos de la misma especie abundaban en aquellas tierras, pero producían madera inmaculada, bellísima y propia para construir preciosas obras de ebanistería, pero no para convertirse en proas de impresionantes naves, capaces de desafiar la bravura de los océanos.

La reciente entrega que hizo mi amigo Jesús Murillo Káram a los funcionarios de la Fiscalía, me recordó el consejo que daba el polifacético creador Rabindranath Tagore: Sé como el sándalo de la India, que perfuma el hacha del leñador que lo corta: “No se preocupe, Licenciado, esto es política; Usted haga su chamba”, dijo con toda serenidad el ex Procurador General de la República.

El recio carácter de este hombre se forjó siempre como servidor público. El inolvidable amigo Fortino Velasco Iza, en ese tiempo Presidente Municipal de Tulancingo, le vio futuro; lo nombró, a petición propia, jefe de la policía municipal, apenas rebasados los veinte años; su desempeño quedó como ejemplo de hacer bien las cosas. Lo mismo puede decirse de los resultados que obtuvo como: subprocurador de Justicia en el Estado, Director de la Escuela Preparatoria de Tulancingo, alto funcionario de la Secretaría de la Reforma Agraria, al lado de Don Jorge Rojo Lugo; Subprocurador General de Justicia, Secretario General de Gobierno, Senador de la República, Diputado federal, Gobernador del Estado y muchas otras responsabilidades político administrativas, que complementó con importantes cargos en la estructura del Partido Revolucionario Institucional. La Procuraduría General de la República fue un peldaño hacia arriba, desde donde se iniciaría un inesperado descenso.

Los detractores de oficio; los resentidos, los oportunistas y todos aquéllos que se nutren de los muertos, en estos días dan rienda suelta a sus propias frustraciones para dictar a sus plumas mercenarias, todo el veneno de que son capaces, arremetiendo contra un hombre, por el único delito de cumplir con su deber.

Pocos días después de que JMK dejó la PGR, tuve oportunidad de conocer copias del material audiovisual y escrito, de lo que había sido fundamento probatorio de la llamada Verdad Histórica, término jurídico que se pretende transformar en denigrante expresión demagógica. Muchas horas de estudio e investigación se plasman en el extenso archivo. Aún dentro de lo profano de mi apreciación, alguna experiencia en la materia tengo; encontré congruentes las tesis, aunque no exentas de errores propios de una investigación de ese tamaño y con las presiones políticas y sociales en aumento.

Murillo está acusado por tres delitos; en ninguno existen elementos para desvirtuar sus afirmaciones técnicas. El territorio de Hidalgo y sus instituciones le daban la experiencia suficiente para interpretar el trato con estudiantes de una normal rural y las consecuencias que, como fue, podía desatar cualquier actitud intransigente. En fin, el asunto es cuestión de leyes y abogados y Jesús es muy respetuoso de las instituciones. Tiene confianza que las cosas se arreglarán en los tiempos que marcan sus derechos constitucionales y las normas del debido proceso.

Salvo los resentidos profesionales y aquéllos que hablan mal de la fiesta porque mal les fue en ella, la mayor parte de la opinión pública tiene buena impresión del ex Gobernador. Quienes tuvimos oportunidad de trabajar muy cerca de él, lo recordamos como un hombre sin rencores, ayudador, con inteligente sentido del humor, ágil de mente y con una sólida formación académica; su manejo político era, por demás, impredecible; ante conflictos inéditos, habilitaba soluciones eficaces que parecían inverosímiles; era impredecible y disfrutaba de serlo. Fanático de la información y del uso de la tecnología aplicada a ella, es un hombre seguro de sí mismo. En esta, como en otras ocasiones, siempre junto a él, su médico y amigo, el Doctor Alberto Jonguitud Falcón.

Como los barcos vikingos, su personalidad está llena de marcas y nudos que dejan los malos tiempos, pero también de sentir que, en las buenas y en las malas, estamos sus amigos. 

Los árboles mueren de pie, pero a éste le quedan muchos años para vivir con dignidad, sin doblar la rodilla ante la adversidad.