RETRATOS HABLADOS
La historia de un personaje, por lo menos curioso, como Samuel García, quien probablemente regrese a gobernar el estado de Nuevo León, o en una de esas sea confirmado como candidato de Movimiento Ciudadano a la Presidencia de la República, y, también, en una de esas gana, trae a la memoria el cuento de Asmiov, cuando “Multivac”, una súper computadora, se convierte en la máxima autoridad de un país. No, no creo que el joven Samuel sea un prodigio de la inteligencia, o que sea un androide. Planteo simplemente, que el primer antecedente para que decidamos dejar en manos de una máquina los destinos de una sociedad, es que nos inclinemos por aceptar que a mayores “likes”, “visitas”, “suscriptores” siempre virtuales, podemos obtener un juicio claro y de valor sobre una persona o proyecto de gobernante.
Vivimos en la era de las apariencias que se convierten en verdades absolutas, si las soportan datos empresa dedicadas al análisis en internet. De tal modo que puede resultar que, de repente, descubramos que llevamos al poder a un “standupero” porque es popular, o a un esperpento que un día cayó en la cuenta que puede generar millones de “likes” por tirarse de una azotea y sobrevivir.
Haber intentado trasladar una campaña de producto a la política, resultó sin duda un experimento interesante a manos de la esposa del personaje citado, una mujer ducha en los asuntos de mercadotecnia que logró su primer gran objetivo, al hacer gobernador a su primer producto que se llama Samuel. Todos dirían al unísono que, por lo menos, no ha resultado peor que los otros, supuestamente seleccionados entre lo mejor de los políticos.
Y es cierto, hay una gran desilusión en torno al esquema político rancio y añejo del pasado, pero caer en la tentación de creer que es posible hacer de un simple producto de mercadotecnia un buen ser humano que entienda el objetivo sustancial y real de la política, es otro asunto.
Isaac Asimov creó “Multivac”, un personaje fundamental de la ciencia ficción, una computadora de computadoras, capaz de hacer en milésimas de segundo, las operaciones que un verdadero ejército de procesadores habrían tardado años.
De ahí pasó a ser la máxima autoridad de un país, donde, cierto, logró reducir a cero los crímenes, los actos de deshonestidad, para dar origen a una sociedad casi perfecta, con el pequeño problema de que no tardaron en aparecer actos de autoridad desmedida, es decir aires de una dictadura cibernética.
Sin embargo, el problema central no estaba en ese renglón, sino en la acción ordenada a un pequeño de siete años de edad, que descendió al túnel de una estación del metro, y a punto de jalar una palanca que todos desconocían su existencia, fue detenido por elementos de seguridad.
Luego de meses de estudio, el director de todo el Proyecto Multivac, anunció en todos los medios informativos que no había remedio, que toda la sociedad gobernada por Multivac, debía resignarse: volverían los tiempos de crímenes y corrupción. En resumen: “MULTIVAC HA INTENTADO SUICIDARSE”, informó el científico.
Y habría agregado: “Luego de investigaciones que se prolongaron por mucho tiempo, descubrimos que Multivac había preparado todo para , primero, un ingeniero dispusiera de unas terminales, que son las venas de nuestro gobernante y maestro, para que al jalar una simple palanca en la estación del metro, pusieran en marcha un mecanismo de autodestrucción imposible de parar. Para ello se valió de un niño, que de no ser detenido por nuestra seguridad, hoy nos tendría sumidos en el caos”.
“Sin embargo, es mi deber pedirles que se preparen para la peor etapa de nuestra historia, porque se trató del primer intento de Multivac para acabar con ella misma, y luego de reuniones de todos los que participamos en su construcción, caímos en la cuenta, no sin cierto orgullo, que es tal su perfección, que en un segundo intento será imposible detenerla”.
“Multivac ha decidido morir porque no soporta a los seres humanos, porque además algo de humanidad se impregnó en sus circuitos. No hay marcha atrás. Multivac morirá, y tal vez todos nosotros también”.
Está claro que la versión que doy es aproximada al original, pero no está alejada de la realidad, cuando hemos entregado todas nuestras esperanzas y confianzas a la idea de que se puede vender como un jabón o una crema de belleza, la imagen falseada de personajes lamentables de origen.
Por supuesto que eso se ha hecho casi siempre, y probablemente se siga haciendo, pero sabemos que no es el camino, no al menos para evitar un día, llegar a la Era de Multivac.
Mil gracias, hasta mañana.
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