¿Por qué necesitamos mujeres gobernantes?
Las mejores respuestas en el mundo al hacer frente a la pandemia por COVID-19 tienen algo en común: Son naciones lideradas por mujeres como Taiwán, Alemania, Nueva Zelanda, Finlandia, Islandia y Dinamarca, por su capacidad e intervención temprana con toma de decisiones correctas para evitar la mortalidad por el virus; es el caso de Tsai Ing-wen de Taiwán, Jacinta Arden de Nueva Zelanda, y Ángela Merkel de Alemania, de entre otras.
Las capacidades y estrategias demostradas para controlar la enfermedad en estos países, versan en la toma de decisiones rápidas, eficientes y transparentes; la adaptación de acciones a su propia cultura; cierre y bloqueo de fronteras; aplicación de pruebas y test, implementación de consejos científicos; aislamiento adecuado; uso de tecnologías; y alianzas con influenciadores digitales para promover buenos hábitos de higiene.
Otras muy importantes fueron la comunicación asertiva, clara y constante, conferencias de prensa inclusive para niños, así como la empatía, sensibilidad, cercanía y explicación de las lideresas al dirigirse a la gente hablando con franqueza y conocimiento, lo que generó responsabilidad, confianza y credibilidad de la población para colaborar y hacerse partícipes en las medidas de solución preventivas.
Como consecuencia, los resultados obtenidos impactaron básicamente en bajas tasas de mortalidad por el virus, en razón al liderazgo, firmeza, preparación académica, experiencia, elocuencia y empatía que demostraron las presidentas ante el COVID-19 en su intervención preventiva para proteger a la población.
Para reflexionar, este es sólo un ejemplo de los éxitos logrados por mujeres en el ejercicio de la gobernanza diferenciada por género entre gobernantes de las naciones del mundo, que lamentablemente señalan que sólo 20 de 193 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas son lideradas por mujeres, representando el 10.36 de la tasa porcentual.
Según el mapa de las mujeres en el poder de la Unión Interparlamentaria y ONU mujeres, los portafolios manejan como prioridades:
1. La familia, niños, jóvenes, adultos mayores y personas con discapacidad.
2. Problemas sociales.
3. Medio ambiente, el campo, recursos naturales, y energía.
4. Trabajo y Educación.
5. Igualdad de género y cuestiones de mujeres; prioridades que responden perfectamente a las tendencias mundiales que se avecinan.
Temas que durante la emergencia actual se consideran de especial motivo de preocupación para todo el mundo; el sistema de las Naciones Unidas, sus agencias y organizaciones del planeta han advertido que la pandemia del COVID-19 ha exacerbado desafíos altamente importantes como la desigualdad y el desempleo, y han puesto en peligro los derechos humanos de los más vulnerables.
Ante este escenario, conviene plantear algunos cuestionamientos: Si los estudios realizados por la ONU, indican que las prioridades de alta importancia para todo el mundo son prioridades demostradas de las mujeres gobernantes ¿Por qué solamente 20 de 193 países son mujeres? ¿Qué efectos tendría evadir la mitigación de las tendencias mundiales para las siguientes generaciones?
Entonces, ¿Qué tendríamos que hacer como sociedad responsable para contar con mayor número de mujeres en la gobernanza en nuestro país?
¡Hagamos lo necesario!
