#ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO
● Nueva tragedia enluta la Fiesta brava, esta vez en la Madre patria.
Estimados Amigos, nuevamente saludándolos a través de Plaza Juárez. Trágico ha resultado este año para la Fiesta Brava mundial, en apenas cuarenta días han muerto tres diestros, comenzando por el Matador Mexicano Rodolfo Rodríguez González “El Pana” fallecido en Guadalajara el pasado día 2 de Junio, después de un mes de agonía tras ser volteado en Ciudad Lerdo el primero de mayo; antes, el día 18 de mayo, se registró la muerte del novillero peruano Rentto Motta en la Plaza de Toros de Ayacucho y la tarde de este sábado, 9 de julio, ha quedado sin vida en la arena de la Plaza de Toros de Teruel el Matador de Toros segoviano Víctor Barrio, cuando las asistencia auxiliaron al diestro, sin duda, ya había dejado de existir, al ser trasladado a la enfermería del coso los intentos de los médicos por reanimarlo fueron inútiles, el joven torero entró muerto a los servicios médicos.
Víctor Barrio, un torero de los llamados “modestos” aquellos que no llegan a la mitad del escalafón taurino, el año pasado apenas toreó diez corridas y esta era el tercer festejo de la temporada española que ahora mismo se encuentra en todo su esplendor; partió plaza al lado de Curro Díaz y Morenito de Aranda para lidiar un lote compuesto por ejemplares de Ana Romero y Los Maños, a Barrio correspondió en primer lugar, tercero de la lidia, un toro de “Los Maños” de pinta burraco, con 529 kilos de preso llamado “Lorenzo”, el torero pasaba de muleta al burel de manera aceptable, cuando inició una nueva tanda por el lado izquierdo el viento descubrió al diestro prendiéndolo el toro por la entrepierna lo lanzó a la arena, ya en el suelo el astado, con el celo y la raza que caracteriza a los toros bravos, hizo por el matador metiendo el pitón por el costado derecho debajo del brazo e infiriéndole una terrible cornada que le partió el pulmón derecho y la aorta torácica provocándole la muerte en la misma arena del redondel, enlutando a la Fiesta Brava.
Así una vez más la muerte hace patente su omnipresencia en la Fiesta de Toros, con toda su realidad y dramatismo. Dramática y real es sin duda la Fiesta Brava, en cualquiera de sus expresiones, ya sea toreando a pie, a caballo, pegando o corriendo toros bravos, es una de las pocas actividades humanas que lleva inherente -con toda la crudeza- el riesgo de perder de la vida. Sin embargo como manifiesta Paco Miramontes “Lagartijo”, amigo de Víctor Barrio, “todos asumimos ese riesgo desde que decidimos dedicarnos a esto”
Así la posibilidad de perder la vida en un ruedo es un riesgo que sin duda todos aquellos que participan de la más bella de todas las fiestas asumen con todas sus consecuencias, quienes se enfrentan a reses bravas, por afición y vocación, pues antes que nada son apasionados de la actividad que desarrollan frente a los astados, cada uno sabe que si su destino está en perder la vida ante un toro no habrá poder humano que lo impida y al final del día perderán la vida haciendo lo que más les apasiona lidiar toros bravos.
Víctor Barrio nació en Grajera, Segovia, el 29 de mayo de 1987, debutó a la no temprana edad de 20 años en Segovia el 5 de septiembre de 2007 y de luces lo hizo al año siguiente en la localidad toledana de Las Ventas de Retamosa, para 2008 toreando sin picadores fue triunfador de la feria de Herrera del Duque en Badajoz, para 2009 sumó 38 novilladas, indultando dos novillos, obteniendo el trofeo “Manuel Cascales Hilla”, en agosto del mismo año debutó con picadores en Segovia, cortando tres orejas a astados de Juan Manuel Criado y al día siguiente, en la Feria de Collado Mediano, cortó cuatro orejas y un rabo a utreros de Baltazar Ivan. En 2010, el 13 de Junio se presentó en Las Ventas de Madrid, al lado de Alejandro Parralo y Salvador Barberán con bureles de Rehuela, cortando una oreja al primero de su lote; al siguiente año compareció cuatro ocasiones en el coso de las Ventas del Espíritu Santo, cortando una oreja. Tomó la alternativa en la mismísima Monumental Madrileña el 8 de Abril de 2012 de manos de “El Fundi” con Juan Alamo de testigo y toros de José Luis Pereda. Sin embargo para Víctor las cosa no resultaron fácil a lo largo de su corta carrera escaseando los contratos, como ya lo señalamos antes el año pasado solo logró hacer diez ocasiones el paseíllo y en este era apenas la tercera ocasión en que actuaba, la tarde en que ha perdido la vida.
En fin, las cornadas y sus secuelas, incluyendo la muerte de los toreros, son riesgos calculados por quienes abrazan la noble profesión de lidiar toros bravos. Las consecuencias que conlleva el bello ballet que ejecutan los hombres cuando burlan las embestidas de los grandiosos Toros de Lidia, cada uno las asume a su entera responsabilidad sabiendo que los astados a cambio de la gloria y la fama, reclaman su cuota de sangre.
Recordemos que según la Mitología Mediterránea sólo los Dioses no mueren y los toreros sólo son semidioses.
Por ahí nos vemos ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO, si Dios lo permite.
