Muere Martin McGuinness, histórico del IRA

Era luchador social… pero se volvió político

Había dimitido en enero como viceprimer ministro norirlandés
En sus últimos años, McGuinness cultivaba la imagen de un abuelo amable, profundo creyente católico, aficionado al ajedrez, la pesca. Un hombre frugal, que nunca bebió ni fumó (porque formaba parte de una asociación católica pro temperancia, Pioneer, pero también porque llegó a la conclusión de que esos hábitos podían debilitarlo en los interrogatorios de las fuerzas británicas)
La extraordinaria pirueta de la vida de Martin McGuinness, fallecido ayer a los 66 años en su Derry Natal, puede resumirse recordando que en 1973 fue detenido en un coche con armas y explosivos del IRA y 36 años después daba la mano en Belfast a la Reina Isabel II entre sonrisas de ambos.
Fue un dirigente duro del IRA que supo ver que el terrorismo tenía que dejar paso a la paz y resultó clave en los Acuerdos de Viernes Santo de 1998.
«Mi guerra se ha acabado. Mi trabajo como líder político es evitar esa guerra y me apasiona», solía decir, reconvertido ya en vice primer ministro de Irlanda del Norte, cargo que ocupó desde 2007 hasta el pasado enero.
McGuinness abandonó el Gobierno de coalición con el partido unionista DUP a comienzos de año, al no avenirse la primera ministra Arlene Foster a permitir una investigación sobre las supuestas irregularidades cometidas por ella en un programa de ayudas a las renovables. El escándalo es conocido como “cash for ash” (dinero por ceniza).
La dimisión provocó la convocatoria de elecciones anticipadas, en las que el Sinn Féin creció y se quedó a sólo un escaño de DUP. McGuinness estaba ya muy enfermo. Sufría una dolencia rara, amiloidosis, que le afectaba al corazón y los riñones.
Ha muerto poco después de un nuevo ingreso en el hospital y deja mujer, Bernardette, con la que se había casado en 1974, y cuatro hijos, dos mujeres y dos varones.
Theresa May lo ha despedido con un mensaje ambivalente. Recuerda su “significativa contribución al frágil y precioso Gobierno compartido” de Irlanda del Norte, pero también su pasado violento. “Aunque yo nunca podré condonar el camino que tomó en la parte temprana de su vida, Martin McGuinness finalmente jugó un papel definitivo en sacar al movimiento republicano de la violencia.

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