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Muere Glen Campbell, grande del country

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El músico estadounidense, que fallece a los 81 años, fue pionero en unir el género vaquero con instrumentaciones del pop

Glen Campbell era mucho más que un icono del country. Estrella cinematográfica, presentador de televisión y prolífico músico con más de 70 álbumes publicados en 50 años de carrera, este versátil cantante fue uno de los grandes artífices en orillar el género vaquero a aguas del pop, en una visión musical fabulosa, que aunaba lo mejor de ambos universos, creando un sonido que ha marcado a generaciones de artistas hasta nuestros días.
Nacido en Arkansas, Campbell murió en Nashville a los 81 años como consecuencia del Alzheimer, enfermedad que le diagnosticaron en 2011 y que combatió con una entereza y una humanidad extraordinarias. Solo hasta que el mal fue más fuerte que él, decidió recluirse e ingresar en un centro médico.
Trabajador incansable y tipo con carisma, Campbell compaginó su labor de songwriter heterodoxo con la televisión. Llegó a tener un programa propio en el que invitaba a músicos del country, al modo que tuvo Johnny Cash. Su desenvoltura ante las cámaras le permitió dar el salto al séptimo arte y participar en distintas películas de Hollywood.
Se convirtió en un rostro conocido para el ciudadano norteamericano, pero en ninguna disciplina destacó más que en la música, con ese talante de vaquero del viejo oeste en postales sonoras de una gran profundidad melancólica, muchas de las que cuales debía al compositor y amigo Jimmy Webb. Homenajeó a Hank Williams, padre del country moderno, grabó discos de góspel –era muy religioso-, se codeó con los más grandes cantantes norteamericanos y versionó canciones de todo tipo, desde Greenday a John Lennon. Hace apenas unas semanas se publicó el disco Adiós, un recopilatorio donde se incluyen versiones suyas de temas de Bob Dylan, Fred Neil o Willie Nelson. Adiós es también el título de la última canción del álbum. Una balada tierna a corazón abierto sobre el valor de haber vivido una vida plenamente, con fracasos, éxitos y sueños, y “bebiendo margaritas de noche en una vieja cantina de California”. Una despedida al alcance solo de los más grandes.