Muere a los 93 años Simón Peres

El último de los fundadores de Israel

●    Supuesto padre del arsenal atómico del Estado judío, pasará a la historia como artífice los Acuerdos de Oslo con los palestinos. Recorrió durante siete décadas toda la escala del poder en su país

Desembarcó con su familia en Tierra Santa a comienzos de la década de los treinta del siglo pasado, huyendo de la amenaza del nazismo que se cernía ya sobre Europa del Este. Los parientes que permanecieron en su Polonia natal fueron todos exterminados en el Holocausto. Por entonces él ya había ingresado en un kibutz (granja colectiva).
Nadie es profeta en su tierra, y mucho menos en tierra de profetas. En casa fue el líder de centroizquierda moderado que perdía las elecciones frente a tipos duros de la derecha nacionalista, como Menajem Begin (en 1977) o Benjamín Netanyahu (en 1996). En el resto del mundo fue el negociador de labia florida que logró que Charles de Gaulle le vendiera a Israel (en 1959) su primer reactor nuclear; el fino diplomático que contribuyó a fraguar los Acuerdos de Oslo con los palestinos y que compartió el Nobel de la Paz con Isaac Rabin y Yasir Arafat (en 1994).
Recorrió durante casi siete décadas toda la escala del poder en el Estado judío, Simón Peres (nacido Perski en 1923 en lo que era Polonia y hoy es Bielorrusia) tuvo tiempo para constatar que siempre es posible aprender de los errores. Fue la cara amable de Israel.
En la madrugada del miércoles dejó de latir el corazón del último fundador de Israel, de la élite juvenil que el patriarca David Ben Gurion, primer jefe del Gobierno tras la independencia, eligió para poner en marcha en 1948 una nueva nación después de que la ONU aprobara la partición de la Palestina bajo administración británica.
Por aquella época Peres ya compraba las armas para el Haganá, el embrión de las llamadas Fuerzas de Defensa de Israel. El pasado enero ya tuvo que ser hospitalizado en Tel Aviv tras sufrir un ataque cardiaco. Un masivo derrame cerebral que le dejó a las puertas del coma hace una semana puso fin a sus días la madrugada de ayer.
Es difícil no encontrar su huella en prácticamente todos los capítulos de la historia contemporánea israelí, que protagonizó desde su mismo nacimiento.
El actual jefe de Gobierno, Netanyahu, y el ex primer ministro Ehud Barak tuvieron que hacerle un hueco hace un año en el escenario de un cine de Jerusalén tras el estreno de la película Sabena, que describe la operación ejecutada en el aeropuerto de Tel Aviv en 1972 para poner fin al secuestro de un avión de la entonces compañía de bandera belga. Netanyahu y Barak eran jóvenes oficiales de los comandos que intervinieron en el asalto a las órdenes del mítico ministro de Defensa Moshe Dayan. ¿Y Peres? Él era el habilidoso ministro de Transportes que negociaba detrás del telón para que los militares pudieran desenvolverse a sus anchas. El veterano político no se levantó del sillón y cedió el estrado a la siguiente generación de líderes israelíes.

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