El creador vistió a gran parte de la élite estadounidense, con Nancy Reagan como musa.
James Galanos (Philadelphia, 1924) fue uno de los más grandes y discretos diseñadores de Moda en los Estados Unidos. Hijo único de padres nacidos en Grecia, el creador se pasó décadas vistiendo a la élite social del país, entre ellos, la excéntrica ex primera dama Nancy Reagan.
Galanos falleció este domingo en su casa de West Hollywood, en la ciudad de Los Ángeles a los 92 años de edad. Su muerte fue confirmada por Rosina Rucci, hermana de su pareja, el también diseñador Ralph Rucci. Galanos recibió durante su carrera los más altos galardones en la industria de la moda estadounidense, entre ellos, varios premios Coty -siendo el diseñador más joven en recibirlo, en 1954 con 30 años- como también el premio a la trayectoria concedido por el Council of Fashion Designers of America y una estrella en el paseo de la fama en la séptima avenida.
“A Ronnie le encanta la ropa de Jimmy”, confesaba en 2007 Nancy Reagan en una entrevista concedida a Vanity Fair. “Vestir a Jimmy significaba nunca ir a los excesos. Jimmy se ubicaba realmente en los estándar”, dijo la ex primera dama norteamericana. Y es que Galanos era un bicho raro dentro de la industria de su país: eludía a las celebridades, nunca buscó una clientela amplia o masiva y se mantenía activamente apartado de la prensa. Tampoco hacía desfiles. Galanos se limitaba a proporcionar ropa ejecutada con precisión para ese pequeño grupo de clientes que hoy podríamos conocer como el nicho del lujo.
Al contrario de sus contemporáneos Bill Blass y Geoffrey Beene, James Galanos nunca se transformó él mismo en una marca para el mercado masivo, a pesar de que gozó durante décadas de una posición privilegiada como uno de los diseñadores más conocidos y venerados de América.
Galanos autorizó solo dos licencias: una para pieles y otra para perfumería entre 1951 y 1998, cuando creyó que su compañía estaba irreversiblemente en la quiebra. Tras su retiro, el creador se había dedicado a la fotografía de paisajes en blanco y negro. Entre sus clientes, aparte de la élite adinerada de ambas costas, se encontraron algunas celebridades como Grace Kelly, Marlene Dietrich, Rosalind Russell, Diana Ross y Stanley Marcus.