LA GENTE CUENTA
-¿Estás bien?
Leslie, cabizbaja, se encontraba en su ensimismamiento cuando su mejor amigo, Felipe la llamó. Ella no respondió de inmediato.
-Ah… ¿Qué pasó?
-Desde hace rato te hablé para que fuéramos por un café, pero siento que tienes algo, y necesito que lo hables. Me preocupas, ¿sabes?
Ella trató de negar su realidad, pero las lágrimas comenzaban a inundar sus ojos claros.
-Me estoy muriendo. Y de forma lenta.
Felipe trató de esbozar la frase de Leslie. ¿Estaba enferma?
-No –corrigió Leslie ante la preocupación de su amigo-. Lo que quiero decir, es que las cosas no me han salido bien. El trabajo y la familia me han resultado complicados últimamente.
-Pero, ¿por qué? –Felipe seguía tratando de buscar una explicación lógica.
-Te voy a decir esto, pero con la condición de que lo vas a guardar, no se lo vas a decir a nadie –Felipe sella el juramento tomando y sujetando fuerte la mano de su amiga-. Resulta que en mi trabajo no valoran mi esfuerzo, como si lo hiciera todo mal.
-¿Hacer las cosas mal? Pero si eres la chica más ordenada y responsable que conozco.
-Gracias, pero creo que no todos opinan lo mismo que tú. He tenido discusiones fuertes con mis superiores, todo por tonterías, y la verdad no he querido rebatirme. No quiero perder mi empleo.
Él la miró con incredulidad, pero con un aire de lástima.
-¿Y has pensado salirte?
-No –resopla ella-. Mi familia no lo sabe, pero tampoco quisiera que se enteraran. Tienen las esperanzas puestas en mí, y no les quiero fallar.
La frustración, la presión y la impotencia hacen que el pecho de Leslie se estremezca, y se suelte a sollozar.
-Mira, Les, es muy triste lo que me comentas. Y me sorprende más porque eres una mujer muy sonriente. Pero ahora que te veo mi corazón también está punto de romperse. Cómo me gustaría ayudarte, pero me siento atado de manos.
-Ay, amigo –Leslie mira fijamente a los ojos de Felipe-. Tampoco quisiera agobiarte, pero…
En un arrebato, Felipe se acerca, y con una mirada paternal, abraza a Leslie. Ella, simplemente se deja llevar por las lágrimas. Todo alrededor de ellos queda en silencio.