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Momentos perdidos

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RELATOS DE VIDA

Hasta ahora, los momentos perdidos son eso, instantes de vida que desaparecieron como en un místico triángulo de las bermudas, aunque en esta situación conoces exactamente el lugar en donde se fugaron.
Eran posibles minutos de descanso y de comidas que se pudieron disfrutar, de mayor tiempo en encuentros anhelados, de quehaceres culminados, de pláticas iniciadas, de risas esperadas o de caminos emprendidos.
Esos momentos perdidos, son lapsos que no serán recuperados, por más esfuerzos que hagas optimizando y organizando estratégicamente la agenda personal; por más que dejes actividades innecesarias a un lado.
Son oportunidades que se desvanecieron entre el asfalto, luces, semáforos, claxon y mentadas de madre; entre el calor del automóvil a consecuencia de la exposición directa de los rayos del sol por un tiempo permanente; entre el olor a sudor, a tierra, café o cigarro.
Los momentos perdidos, son ráfagas de oportunidades, de análisis de lo que están haciendo mal, de preguntas vagas, y de simulación de situaciones que iniciaron con la típica frase ¡y si hubiera hecho esto!.
Porque, si me hubiera apurado a trabajar, si no hubiera estado tanto tiempo en la charla informal, si hubiera tomado este transporte, si esto lo hubiera hecho ayer o si me hubiera levantado temprano, el día me hubiera rendido más y ahora no estaría atorada en el tráfico que ya se registra a cualquier hora del día.
Los momentos perdidos, a causa del tráfico, puede ser el peor desperdicio del día; sin embargo invita a la reflexión a buscar maneras de evitar perder esos momentos o bien acostumbrarse y aprovecharlo como un tiempo propio.