
CINE DE HOY
Hay dos cosas de las que los franceses están orgullosos y que son llevadas frecuentemente a la pantalla grande: su moda y su cocina.
En pasadas ediciones del Tour Francés hemos visto cintas sobre Coco Chanel e Yves Saint Laurent, entre otras.
La encargada de clausurar la XXVI edición, Alta costura de Sylvie Ohayon, no apunta tan alto, sino que se centra en Esther (Nathalie Baye) una costurera de la casa Dior que está por jubilarse.
Ha dedicado 20 años de su vida a la costura, sacrificando a su familia (su hija no le habla) y su salud (está diabética de tanto dulce que come durante su estresante trabajo).
Sola y triste, conoce a Jade (Lyna Khoudri) cuando le roba el bolso.
En vez de entregarla a la policía decide tomarla como aprendiz, pues tiene cualidades y le recuerda su propia juventud; pero la cosa no resulta fácil, pues Jade es una chica rebelde, que ha tenido que abrirse paso en la vida, para cuidar a su hipocondriaca madre.
En su segundo filme Ohayon no pone mucha importancia a la situación laboral de las costureras, o a las intrigas que existen en el taller, sino que se centra en la relación entre ambas mujeres; Jade se convierte en la hija ausente, mientras que Esther es la madre autoritaria que la chica no tuvo.
Sin embargo, ambas están conscientes de que solo son unas sustitutas.
Haute couture fue pues un digno final para un Tour que resultó más comercial que otras ediciones anteriores.